Yannick Nézet-Séguin se estrenará este jueves como director del Concierto de Año Nuevo de la Filarmónica de Viena. Desde hace algunos años, la institución alterna nombres que se pueden considerar como «clásicos» o incluso conservadores (Thielemann, Mutíetc) con otros directores de … generaciones más jóvenes con los que da un cierto mensaje de renovación. Fue el caso de Gustavo Dudamel En 2017 y, ahora, el director canadiense, que está considerado una de las batutas más renovadoras del panorama actual.
Director de prestigio internacional, Nézet-Séguin es director musical de la Metropolitan Opera de Nueva York desde 2018director musical de la Orquesta de Filadelfia desde 2012 y ha estado al frente de la Orchestre Métropolitain de Montreal durante los últimos 25 años. Además, es director honorario de la Orquesta Filarmónica de Róterdam, donde fue director titular entre 2008 y 2018. Hace más de quince años dirigió su primer concierto con la Filarmónica de Viena y desde entonces se ha ido fraguando una relación artística que tendrá un punto álgido con el evento del jueves.
Por donde ha pasado, el director canadiense ha querido dejar huella combinando el respeto exquisito por el repertorio más canónico de la música clásica y el afan innovador. Este aspecto último se ha materializado en dos sentidos: por una parte, encargando obras nuevas a compositores actuales; por otra, recuperando obras de buena calidad que habían ido cayendo en el olvido. Como el Concierto de Año Nuevo, al menos por ahora, no es un lugar donde se permita demasiados alardes con el estreno de obras contemporáneas, el maestro ha optado por investigar en el pasado para aportar algo de renovación al repertorio habitual.
Cinco piezas nunca se habían escuchado en un Concierto de Año Nuevo en Viena
Siempre con el plácet de la orquesta, Nézet-Séguin sacará del fondo de los cajones obras que se han programado en pocas ocasiones, y además interpretará cinco piezas que nunca se habían escuchado en un Concierto de Año Nuevo. Entre ellas, las de dos compositoras: Josephine Weinlich y Florence Price. Con esta propuesta, el director ha querido «abrir espacio a muchos compositores que fueron importantes en su época y que, por alguna razón, hemos dejado de escuchar». Esto implica también a la familia strauss: «No quería rendir homenaje únicamente a Johann Strauss hijo, sino que quería incluir también al padre, a Eduard Strauss y Josef Strauss». Algunos de los compositores presentes en el programa son coetáneos o incluso anteriores a los grandes nombres de la dinastía, de modo que contribuyen a marcar el contexto en que el vals surgió como el fenómeno que sigue siendo hoy.
Josephine Weinlich fue una figura muy relevante en la Viena de finales del XIX
Entre los nombres que sorprenden en el programa está el de Carl Michael Ziehrermúsico notable que tuvo éxito en sus días, pero que nunca había sonado un primero de enero en Viena. Sus 'Leyendas del Danubio' invitan a recorrer el río comenzando en Hungría, cuyo folklore se cuela claramente al inicio de la partitura. Delaware Jose Lanner se interpretará el 'Malapou Galop', curioso testimonio de la influencia que ejercieron a finales de la década de 1830 los músicos y bailarines que, procedentes de la India, dejaron huella en la vida cultural vienesa. Otro perfecto desconocido es Hans Christian Lumbyecuyo 'Galop del tren de vapor de Copenhague' es una muestra del repertorio europeo afín al modelo vienés, con una escritura descriptiva y rítmica asociada al progreso técnico.
Josefina Weinlich fue también una figura muy relevante en la Viena de finales del XIX y nunca había sido interpretada por la orquesta. Figura casi mítica dentro de la historia musical vienesa, fundó -en un gesto insólito para el siglo XIX- una orquesta integrada exclusivamente por mujeres. La polca-mazurca que se escuchará el jueves la compuso, precisamente, para el concierto de presentación de esa orquesta pionera.
La apuesta más rompedora es Florence Price, primera mujer afroamericana que alcanzó un amplio reconocimiento en el ámbito sinfónico
Finalmente, la apuesta más rompedora de Nézet-Seguin: Precio de Florenciacompositora que ocupa un lugar central en la historia musical estadounidense como primera mujer afroamericana que alcanzó un amplio reconocimiento en el ámbito sinfónico. Los expertos la señalan como uno de los grandes nombres de la música del siglo XX, a pesar de que tras su muerte en 1953 sus cerca de trescientas obras fueron cayendo en el olvido y, en la práctica, fueron barridas de las programaciones.
Nacida en Arkansas, tuvo que trasladarse a Chicago en 1927, huyendo del endurecimiento del racismo en el sur. Esto marcó el inicio de su etapa más fértil, ya que en Chicago entró en contacto con redes culturales afroamericanas activas y con instituciones musicales que le permitieron proyectar su obra a escala nacional. En 1932 su primera sinfonía ganó un importante concurso y fue estrenada en 1933 por la Chicago Symphony Orchestra, lo que se convirtió en Price en la primera mujer afroamericana interpretada por una gran orquesta estadounidense. Casi un siglo después, la Filarmónica de Viena la programa por vez primera en toda su historia.
En lo que se refiere a las obras más clásicas del programa de Año Nuevo, también estarán ahí la Cuadrilla de 'El Murciélago', la 'Diplomaten-polka' y 'Rosas del Sur' de Johann Strauss hijo, así como 'El Carnaval en París', de Strauss padre, entre otras. Aparte, claro está, de las propinas que no aparecen en el programa y que, salvo sorpresa mayúscula, incluirán el mítico 'Danubio azul' y la 'Marcha Radetzky'.




