En medio de niveles históricamente bajos tasas de natalidad y presiones económicas derivadas del envejecimiento de su población, Porcelana eliminará una exención fiscal de décadas de antigüedad sobre los anticonceptivos.
China pretende imponer una estrategia única para abordar una caída de la tasa de natalidad que amenaza su estabilidad a largo plazo. A partir del 1 de enero de 2026, el gobierno impondrá un impuesto al valor agregado (IVA) del 13 por ciento sobre varios anticonceptivos, incluidos los condones.
La decisión modifica la Ley del Impuesto sobre el Valor Añadido, que en 1993 eximió de impuestos los productos anticonceptivos. En ese momento, la medida era parte del esfuerzo de China por contener el acelerado crecimiento demográfico. Sin embargo, esa política se ha convertido en un obstáculo para la segunda economía más grande del mundo, cuyo crecimiento y estabilidad están bajo presión debido a su marcada envejecimiento de la población y la caída de su tasa de natalidad.
La Oficina Nacional de Estadísticas informó que en 2024 China registró un ligero repunte con el nacimiento de 9,54 millones de bebés, alrededor de 520.000 más que en 2023. Sin embargo, la tasa de natalidad por 1.000 se situó en 6,77 el año pasado, igualando el segundo nivel más bajo observado en la historia de la República Popular China, en 2022. La tasa más baja fue en 2023 con 6,39 por 1.000.
La población total del país ha ido disminuyendo constantemente durante los últimos tres años. En 2024, había algo más de 1.408 millones de habitantes, lo que supone un descenso interanual de 1,39 millones. En abril de 2023, India superó a China como el país más poblado del mundo.
Los especialistas advierten que esta tendencia tendrá un profundo efecto en la economía del principal rival de Estados Unidos. A informe de Oxford Economics señala que el crecimiento del producto potencial (un indicador que mide la expansión máxima que se puede lograr sin generar presión inflacionaria) podría caer por debajo del 4 por ciento en la década de 2030 debido a una contracción de la fuerza laboral y una desaceleración de la productividad.
Desde 2021, las autoridades chinas han lanzado varias iniciativas para revertir el descenso demográfico. Entre ellas se incluye lo que llaman “la nueva cultura del matrimonio y la maternidad”, una política que apoya a las familias con una madre, un padre y tres hijos mediante la concesión de subsidios por cada nacimiento. También amplía los servicios de guardería y amplía las licencias de paternidad y maternidad. Además, el país desalienta los abortos al clasificar el procedimiento como tratamiento no esencial.
A pesar de estos esfuerzos, los expertos creen que las posibilidades de China de revertir su baja tasa de natalidad son escasas, especialmente porque es uno de los países más caros para criar a los hijos. Según un análisis de 2024 realizado por el Instituto de Investigación de Población YuWa, el costo promedio de criar a un niño hasta los 18 años es de alrededor de 538.000 yenes (alrededor de 76.000 dólares).
En este contexto, el demógrafo He Yafu explicó en declaraciones citado en Bloomberg que “la eliminación de la exención del IVA es en gran medida un esfuerzo simbólico y es poco probable que genere un impacto significativo a escala nacional”.
Esta historia apareció originalmente en WIRED en Español y ha sido traducido del español.




