Un estudio reciente sugiere que viajar puede ralentizar el proceso de envejecimiento. Expertos de la Universidad Edith Cowan (ECU) en Australia realizaron el estudio y revelaron que el turismo no se trata sólo de ocio y recreación, sino que también podría contribuir a la salud física y mental de las personas. La terapia de viaje puede retrasar el envejecimiento.
En un estudio interdisciplinario, los investigadores de la universidad aplicaron la teoría de la entropía al turismo. El resultado sugiere que viajar puede afectar positivamente a la salud, incluida la desaceleración de los signos del envejecimiento.
La entropía es la tendencia universal hacia la muerte y el desorden. Puede verse como un indicador de irreversibilidad, es decir, algo que no se puede revertir espontáneamente. Los estudios muestran que el turismo puede afectar la entropía tanto de manera positiva como negativa: las experiencias positivas pueden reducir la entropía y mejorar la salud, mientras que las experiencias negativas pueden tener el efecto contrario.
Terapia de viaje
El envejecimiento es un proceso irreversible, pero se puede frenar. Las experiencias de viaje positivas pueden mejorar el bienestar físico y mental de las personas mediante la exposición a nuevos entornos, la actividad física, la interacción social y la experiencia de emociones positivas. Estos beneficios se pueden obtener a través del turismo de bienestar, el turismo de salud y el turismo de yoga.
La terapia de viaje podría ser una intervención de salud innovadora. Los viajes exponen a las personas a nuevos entornos y actividades, que pueden desencadenar respuestas de estrés que estimulan el metabolismo, impactando positivamente las actividades metabólicas y la capacidad de autoorganización del cuerpo. En términos simples, el sistema de autodefensa del cuerpo se vuelve más robusto. Los viajes también pueden liberar hormonas que respaldan la reparación y regeneración de los tejidos y respaldan las funciones del sistema de autocuración.
Realizar actividades de ocio mientras se viaja puede ayudar a aliviar el estrés crónico y reducir la tensión y la fatiga en los músculos y las articulaciones, manteniendo el metabolismo equilibrado y mejorando la protección del cuerpo contra el desgaste. El senderismo, la escalada, la caminata y el ciclismo pueden resultar especialmente beneficiosos. El ejercicio también mejora la circulación sanguínea, acelera el transporte de nutrientes y ayuda en la eliminación de desechos, manteniendo un sistema de autocuración activo en general. En resumen, viajar puede ayudar a ralentizar el proceso de envejecimiento aprovechando los propios mecanismos del cuerpo.
Viajar también puede tener desventajas
Es importante reconocer que viajar conlleva algunos riesgos. El turismo puede generar experiencias negativas que pueden derivar en problemas de salud, lo que se alinea con el concepto de desorden creciente.
La exposición frecuente a problemas como enfermedades infecciosas, accidentes, lesiones, violencia y escasez de agua y alimentos durante los viajes puede acelerar el proceso de envejecimiento. Además, entre las posibles experiencias negativas con efecto contrario se encuentran los enfrentamientos derivados de comportamientos turísticos inadecuados. Estas situaciones se han vuelto más comunes debido al turismo de masas en los últimos años.




