Según el sistema de custodia actual de Japón, se estima que 150,000 niños pierden acceso a un padre anualmente.
Las cosas pueden o no ser diferentes a partir del próximo año. En mayo de 2024, la legislatura del país aprobó una enmienda a su código civil, introduciendo la opción de custodia compartida para los padres divorciados, y la ley está programada para 2026. Sin embargo, bajo este nuevo sistema, la custodia conjunta solo se otorgará si ambos padres están de acuerdo, de lo contrario, dejando el tribunal de familia para decidir lo mejor. Esto está llevando a muchos a ver el cambio como en gran medida simbólico.
El sistema actual ha forjado un trauma generacional en innumerables niños, despojándolos de padres, familiares extendidas y, a veces, toda una cultura e identidad. Los casos que involucran a ciudadanos extranjeros pueden convertirse en un asunto internacional, a veces involucrando incluso a la ONU e Interpol.
Después de años de batallas legales, algunos padres logran reconectarse con sus hijos, si el padre con custodia lo permite. Pero muchos se convierten en extraños para sus hijos. No pueden acceder a registros médicos ni participar en ninguna decisión relacionada con la escuela o la salud del niño. No saben dónde viven y no pueden verlos.
Dejan de existir.




