La estatal Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI) dio a conocer nuevos datos sobre la ocupación hotelera en Cuba. Los datos incluyen una disminución mensual del 23,5 % de turistas en Cuba en abril, una baja tasa de ocupación hotelera del 35,5 % en el primer trimestre de 2024 y un aumento del peso relativo de la inversión asociada al turismo.
Los expertos subrayan la importancia del descenso de visitantes internacionales en abril de 2024, lo que marcará el inicio de una desaceleración del turismo. La disminución mensual del 23,5% respecto a marzo se considera «normal», pero el crecimiento del 4,1% respecto a abril de 2023 es motivo de preocupación.
Hasta abril visitaron Cuba un millón 24 mil 396 turistas, siendo Canadá el mayor mercado emisor (496 mil 583), seguido de la comunidad cubana en el exterior (100 mil 257) y en tercer lugar Rusia (88 mil 323). Le siguió Estados Unidos con 58.830 visitantes, a pesar de las restricciones de viaje. Otras fuentes importantes de visitantes fueron Alemania, Francia, México, Inglaterra, España y Argentina.
Por otro lado, la tasa de ocupación hotelera promedio de las entidades turísticas cubanas fue de sólo 35,5% de enero a marzo de 2024, lo cual es relativamente bajo considerando que se trata de temporada alta. Esta tasa fue similar a la del primer trimestre de 2023.
El peso relativo combinado de la inversión en dos sectores principalmente asociados con el turismo (hoteles y restaurantes, servicios empresariales, bienes raíces y actividades de alquiler) creció hasta el 34,5% de la inversión total en el primer trimestre de 2024, frente al 27,8% en 2023.
El marcado contraste entre la alta concentración de la inversión turística y la baja tasa de ocupación hotelera es un punto de intriga. Esto se destaca aún más por la bajísima inversión relativa en la actividad agrícola (2,8%), que disminuyó en términos absolutos.
Los datos sobre turismo e inversión publicados recientemente no se alinean con la narrativa oficial de «corregir distorsiones». El peso de la inversión turística está aumentando en un contexto de baja utilización de la capacidad, mientras que la inversión agrícola es insuficiente.
Desde entonces, La ya crítica situación de Cuba se ha deteriorado aún más. El país está lidiando con una inflación vertiginosa, una crisis crónica de suministro de electricidad y una pérdida del poder adquisitivo del peso cubano. Esto ha llevado a la dolarización de la economía informal, un éxodo migratorio histórico, un aumento de la delincuencia y frecuentes estallidos sociales que desafían el aparato de control del régimen.




