Desde niño Federico Fellini (Italia 1920-1993) vivió obsesionado por las historietas ilustradas con viñetas sobre los 'héroes' de su tiempo: Mandrake el Mago, Flash Gordon, el Gato Félix… Esta pasión, junto con el mundo circense, serían las semillas de sus trabajos iniciales. Todo ese universo fantástico se impregnará en su arte.
es Fellini, sueño y diseño (2017) se recogen las postreras imágenes del cineasta. Anuncios publicitarios. Microhistorias resueltas en su estilo burlesco y sofocante. Exégetas y detractores de Fellini reconocieron este conjunto de fotogramasregodeándose en ellos con devaneos críticos y hermenéuticos. Eran sus últimas imágenes y, por prosaicas que eran (propagandas de un ente bancario), valía la pena llegar a su esencia.
Cine: pasión por la vida
Creador de mundos barrocos; cautivador de sueños, ensueños y pesadillas; explorador de los males que erosionan la condición humana; transformador de la autoconciencia en materia de estilo; amante de la forma voluptuosa de la mujer; grotesco a veces, sobrio otras.
En 1937 dibujó para el cine una galería Delaware caricaturas de actores célebres y, algo más tarde, envía sus primeras ilustraciones humorísticas a El Correo Dominical. Se fraguaba la figura de uno de los grandes cineastas de la historia. En 1939 pasó de Rimini, su ciudad natal, a Roma. Allí trabaja en la redacción de la ONU bisemanario de amplia difusión donde empieza a labrar su fama con sus dibujos político-humorísticos.
A los 28 años Fellini tiene ya un sitio en el cine italiano. Su elogiado trabajo como guionista con celebridades como Roberto Rossellini oh Alberto Latuada le otorgaría ese crédito. Su formación fue modelada por los efectos de la guerra y el fascismo, la cultura popular, el circo, la radio, el teatro de variedades (abigarrado espectáculo de musicamagia, acrobacia)… Su camino profesional pasó por todas esas vivencias y fueron la matriz de su cine.
“Todo lo que vemos es un sueño dentro de otro sueño”. La Strada1954; Las noches de Cabiria1957; La Dolce Vita1960; 8½, 1963, año amarcord1973: clásicos del cine universal. Desmesura. Exuberancia. Genialidad y brusquedad.
La Strada: viaje hacia el mar. Itinerario por el vacío para encontrar la revelación. Decorado por remanentes de la miseria social de posguerra, asumir lo poético como su núcleo estilístico, transfigurando la desolación de lo visible. Conversión de los personajes en seres caricaturescos. Personajes indefinidos por su carácter. Asibles solo por sus apariencias. Un aire bufonesco gira en su entornociñéndolos, asfixiándolos.
La Strada: inicio de la dominación de un hombre sobre una mujer en un enlace concertado artificialmente y gestado en sus interioridades. El hombre, basto y rudo, requiere de una ayudante y compra a la hija de una madre indigente. En el trayecto la mirada ingenua y desolada de ella contrasta con el poderío bárbaro de él. El revoltijo de enfrentamientos lleva a una tragedia sellada por un crimen: el asesinato de él y la muerte que es engendrada por la tristeza de ella.
Las noches de Cabiria: historia de una criatura que quiere ser amada. Cabiria es neurótica, pero no es una mujer inerme como la protagonista de el milagro de Roberto Rossellini. Cabiria es una meretriz orgullosa de su oficio, pero anhela una familia. Desea ser amada porque vive en un mundo ausente de amor. Y ese fervoroso anhelo suyo nada tiene que ver con una pretensión de la moral burguesa. Solo le interesa la calidez de un amor sin mansiones ni pajes, sin ropajes lujosos ni viajes ostentosos…
Jamás abdica de la prostitución. Busca esperanza porque su vida ha sido un repertorio de infortunios. En la primera escena Cabiria se acerca al río con su amante de turno. Él, en lugar de acariciarla, roba sus pertenencias y la arroja al río (un gesto igual cerrará la película). En el fondo afloran mundos que anulan la acumulación de causas y efectos. Los fatigados paseos de Cabiria sirven de espejos de las escenas masificadas: procesiones, espectáculos, fiestas…
Las criaturas del cine de Fellini asoman para ser miradas como revelación de su imagen corporal; pero él siempre va más allá, hasta una dimensión dramática, nueva y original, la del desarrollo de las motivaciones ocultas más allá de los hechos. Por eso y más, algunas de las películas de Federico Fellini quedarán como astros prendidos en el firmamento de la historia del cine.
«No hay un final. No existe un principio. Solamente existe una infinita pasión por la vida». FF




