
Francfort a menudo es reconocido por su horizonte distintivo, una característica poco común en ciudades europeas. Los imponentes rascacielos de cristal marcan su papel como centro financiero global, pero debajo de esta imagen vertical se encuentra una ciudad repleta de siglos de historia, destrucción y reconstrucción. Desde casas medievales con entramado de madera hasta el modernismo de posguerra y los rascacielos contemporáneos, Frankfurt se ha reinventado constantemente a través de la arquitectura, produciendo un entorno construido donde diferentes períodos coexisten en diálogo.
La transformación de la ciudad se aceleró después de la Segunda Guerra Mundial, cuando gran parte de su núcleo histórico fue destruido y los planificadores buscaron equilibrar el rápido crecimiento económico con la necesidad de reconstrucción cultural. Lugares emblemáticos como el Plaza Romerberg fueron reconstruidos meticulosamente, mientras que las intervenciones modernistas y los proyectos de infraestructura introdujeron nuevas escalas y lenguajes. Más recientemente, proyectos de oficinas de renombre internacional han remodeló la ribera del río y los distritos comercialesagregando íconos arquitectónicos que expresan el papel global de Frankfurt.





