Nadie podía tener una sola duda de que José Antonio Rueda es el justo, justísimo, campeón de Moto3 esta temporada pero, por si algún despistado aún pudiera tenerla, que se revise la carrera de Phillip Island en la que firmó su décima maravilla de la temporada, su décima victoria del año.
Ni las ráfagas de viento, por encima de los 50 km/h por momentos, ni la férrea oposición del héroe local, Joel Kelso, impidieron que el flamante campeón intentara saciar de nuevo su hambre de victoria, y la sació, para añadir Phillip Island al fantástico historial que ya llevaba en el año de su coronación: Tailandia, Texas, Jerez, Francia, Inglaterra, Holanda, República Checa, Misano e Indonesia.
Hubo dos carreras en una, la de la pelea por la victoria y la de la lucha por el tercer puesto. La de la mayor gloria se la llevó el primer campeón andaluz de la historia a partir de la séptima vuelta. Hasta ese momento fue Kelso el que tiró en cabeza y el que rompió el grupo, pero cuando el del Red Bull KTM Ajo se puso primero ya no abandonó más el liderato. El único que siguió su estela fue el zanahorio, llamado así por su color de pelo, que cruzó la meta a 0.829 del ganador. Fue un gran resultado para él, pero se le sigue resistiendo la victoria.
En cuanto al tercero, Álvaro Carpe, recibió el banderazo a 12.6 de la cabeza y incluido así la fiesta del equipo naranja, porque este fin de semana han celebrado también el título por equipos y con los dos pilotos en el podio. El murciano se impuso en un divertido grupo de ocho pilotos en el que se pasaron y repasaron de todas las formas posibles. Además del ganador de la Rookies Cup del año pasado, Esteban, Quiles, Fernández, Lunetta, Furusato, Almansa y Bertelle estaban en esa pelea y completaban en ese orden las diez primeras posiciones.
Especial mérito tiene el cuarto puesto de Esteban, al que avisaron en el último momento desde el CFMOTO Gaviota Aspar Team que tenía que viajar hasta Australia para sustituir a Foggia, con neumonía. El chaval aprovechó la ocasión con una gran carrera en la que le dio un hachazo a su compañero de box, Quiles, a tres curvas del final, y eso le posibilitó luchar por el podio hasta la misma línea de meta. Le faltaron 58 milésimas respecto a Carpe, que necesitaba este podio como el comer para recuperar la confianza.
El que se cayó de esa pelea fue un Piqueras que tuvo una espectacular salida de pista, por la grava y por la hierba, a la salida de la curva de entrada a meta. Bajó del 9º al 23º y al final fue 17º, fuera de los puntos, con lo que ahora conserva la segunda plaza de la general con sólo tres puntos de ventaja sobre Quiles, que va a por el subcampeonato en su año de debut y pese a haber perdido cuatro carreras.
Mención especial para el debutante Uriarte, que salía 19º, llegó a rodar 11º y al final acabó 19º en la primera de las muchísimas carreras que guardan por delante al cántabro.
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Y un recordatorio para David Muñoz, que pasará el lunes de nuevo por el quirófano, esta vez en Sevilla, para que le recoquen el fémur de la pierna derecha del que se operó en Indonesia. Asegúrense desde su entorno que está rotado y hay que ponerlo en su sitio. Buena suerte y ánimo para el sevillano.
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