CIUDAD DE MÉXICO — Las lluvias torrenciales más recientes en el centro-este de México, que han dejado al menos 76 muertos y decenas más desaparecidos, han vuelto a plantear dudas sobre la capacidad del gobierno para alertar a tiempo a la gente sobre condiciones climáticas adversas.
Las autoridades continúan describiendo como impredecibles los días de lluvias torrenciales de este mes que provocaron deslizamientos de tierra e inundaciones de ríos. Los residentes dicen que nunca han visto nada parecido. Pero los investigadores dicen que lo que antes se consideraba normal ya no se aplica, porque el cambio climático ha acelerado estos eventos y los ha hecho más frecuentes. Y eso requiere preparación.
“Estamos siendo cada vez más afectados por estos fenómenos y no podemos seguir así, fracasando por no saber qué hacer y no tener… la alerta adecuada”, dijo Christian Domínguez, investigador del Instituto de Atmósfera y Cambio Climático de la Universidad Nacional Autónoma de México. Recordó que las crisis del año pasado fueron por la sequía y este año por la lluvia.
Es un tema pendiente para México y para países con más recursos y tecnología avanzada como Estados Unidos, que experimentó este año una devastadora inundación repentina en Texas que mató al menos a 136 personas. Los expertos dicen que la sociedad y los gobiernos parecen estar estancados en el pasado y no han aceptado que el clima severo sea ahora la norma.
En el caso de México, su presidenta durante el último año, Claudia Sheinbaum, es una científica formada con experiencia en cambio climático. Pero aunque la semana pasada expresó su voluntad de revisar los protocolos de prevención, no mencionó el cambio climático e insistió en que era imposible predecir con precisión cuánta lluvia iba a caer en algunos lugares.
«Hay que considerar el lenguaje que se utiliza» en cómo comunicar los peligros en un evento, dijo Carlos Valdés, ex director del Centro Nacional de Prevención de Desastres de México. “Lo primero que tenemos que hacer es reconocer que hay un cambio… Lo atípico es ahora lo más típico”.
Brechas tecnológicas y prevención
Hay brechas tecnológicas. Por ejemplo, Domínguez reconoció que México no cuenta con toda la instrumentación para acciones que puedan proporcionar pronósticos hidrológicos detallados, como medir los niveles de los ríos en tiempo real, o suficientes radares meteorológicos que permitan a los meteorólogos hacer mejores predicciones.
Pero enfatizó que incluso con los pronósticos existentes podría haber estrategias de prevención mucho mejores, si los funcionarios piensan no sólo en prepararse para los huracanes, sino también en la posibilidad de que la confluencia de varios sistemas climáticos tenga el potencial de crear una situación peligrosa, como fue el caso de las recientes inundaciones.
En el estado de Veracruz, en la costa del Golfo, el día antes de que los principales ríos de la parte norte del estado se desbordaran, se pronosticó que lluvias torrenciales arrojarían casi 8 pulgadas de lluvia.
Terminó siendo el triple, pero el pronóstico original debería haber sido suficiente para que residentes y autoridades se organizaran, dijo Domínguez.
Pero en Poza Rica, la ciudad más afectada, los residentes comenzaron a huir de sus hogares sólo cuando el agua ya los estaba inundando. Algunos dijeron que las autoridades les advirtieron demasiado tarde. La mayoría no pensó que iba a ser tan malo.
Jonathan Porter, meteorólogo jefe de AccuWeather, dijo que con el cambio climático, se están produciendo condiciones climáticas severas fuera de la temporada en la que se esperaría y en lugares que normalmente no se asocian con un riesgo de inundaciones.
«Un fenómeno meteorológico severo puede desarrollarse en cualquier lugar cuando los ingredientes se juntan», dijo.
Formación y educación
México tiene mapas de riesgo y los funcionarios de defensa civil son los encargados de alertar a la gente, “pero más allá de alertar, la gente también tiene que entender lo que se dice”, dijo Domínguez.
A finales de 2023, poco después de que el huracán Otis devastara Acapulco, habiéndose fortalecido increíblemente en cuestión de horas, una mujer en un barrio destrozado dijo que había escuchado que se acercaba un huracán de categoría 5, pero no sabía que eso significaba que todas las casas iban a volar.
Los expertos dicen que no sólo los funcionarios de defensa civil requieren capacitación, sino que también es necesario educar a la gente.
A lo largo de décadas, México ha desarrollado nuevas formas de alertar de actividad sísmica en el centro y sur de México. Con el recuerdo de Otis aún fresco, Sheinbaum dijo que su administración se concentraría más en la prevención de huracanes y lluvias.
El 10 de octubre, miles de soldados y funcionarios trabajaron para reabrir carreteras cortadas por deslizamientos de tierra y puentes arrasados en Veracruz. Pero justo al norte, en el vecino estado de Tamaulipas, los funcionarios que vigilaban el río Pánuco ya habían emitido advertencias más claras el día anterior sobre la posibilidad de inundaciones cuando había crecido casi un pie.
Sheinbaum dijo el 10 de octubre que los alcaldes de la zona habían sido informados a tiempo y que casi 500 personas ya se habían trasladado a refugios. Al día siguiente, el río siguió creciendo.
“Cuando las acciones de las autoridades son buenas, no pasa nada”, afirmó Valdés.
Verza escribe para Associated Press.



