

Descripción textual proporcionada por los arquitectos. Este espacio ya no persigue la pulcritud y la novedad de la superficie, sino que acepta las huellas del tiempo. La desnudez, la tosquedad e incluso un ligero «deterioro» ya no se consideran defectos, sino que se convierten en la expresión más poderosa de la textura. Presenta una especie de estado «inacabado», que no es reparar ni decorar, sino restaurar los materiales a su forma original y dejarles contar sus propias historias tranquilamente.





