el cometa interestelar 3I/ATLAS está perdiendo una cantidad sorprendente de masa tras su paso más cercano al Sol, un evento conocido como perihelio. Este comportamiento llevó al científico de Harvard Avi Loeb a considerar la posibilidad de que el objeto se haya fragmentado en más de una docena de pedazos.
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“Piénsalo como fuegos artificiales, resultado del calentamiento por la luz solar”explicó el astrofísico en conversación con el Correo de Nueva York. “El objeto explotó en múltiples fragmentos”.
Las nuevas imágenes captadas por los astrónomos británicos Michael Buechner y Frank Niebling muestran dos enormes chorros que salen del cuerpo: una “anti-cola” que se extiende hacia el Sol y otra, más delgada y humeante, en dirección opuesta.
Según Loeb, quien explicó a detalle su nueva teoría en su blog.estos chorros se prolongan hasta 620.000 millas hacia el Sol y 1,8 millones de millas en sentido contrario, lo que indica una pérdida masiva de material.

Los datos muestran que el 3I/ATLAS está expulsando enormes chorros de material que superan en potencia al viento solar en un millón de veces. Además, estos se dirigen tanto en dirección al Sol como en sentido contrario. (Foto: Frank Niebling y Michael Buechner)
El investigador calculó que para liberar tal cantidad de gas y polvo, el objeto debía absorber una enorme cantidad de energía solar, lo que habría provocado la sublimación (el paso directo de sólido a gas) de grandes cantidades de hielo de agua y dióxido de carbono.
A partir de sus estimaciones, Loeb concluyó que el área de absorción habría sido de unas 617 millas cuadradas, equivalente a una esfera de 14 millas de diámetro, mucho mayor de lo esperado por los datos obtenidos anteriormente con el telescopio Hubble.
“Eso es mucho más grande de lo que esperábamos según las observaciones del 21 de julio”dijo Loeb. “Si se trata de un cometa natural, deberá fragmentarse en decenas de piezas para aumentar su superficie y así alcanzar el valor necesario”.
Las observaciones también revelan detalles que apoyan la idea de que 3I/ATLAS podría ser un cometa. El radiotelescopio MeerKAT, en Sudáfrica, detectó el pasado 24 de octubre una señal de radio con líneas de absorción de radicales hidroxilo (OH), compuestos que se forman cuando la luz solar rompe moléculas de agua.

Aunque los datos sugieren que 3I/ATLAS es un cometa natural que está perdiendo agua, Avi Loeb no descarta un origen tecnológico o extraterrestre. (Foto: El Proyecto del Telescopio Virtual)
Este hallazgo sugiere que el objeto está perdiendo agua al pasar cerca del Sol, lo que refuerza la hipótesis de su origen natural.
Aun así, Loeb no descarta otras posibilidades. En su blog, el científico planteó que los potentes chorros podrían ser motores tecnológicos de una nave alienígena.
“Los propulsores químicos pueden alcanzar velocidades de 1,8 a 3 millas por segundo, diez veces más que los gases liberados por un cometa natural”escribió. “Una tecnología extraterrestre podría usar propulsores aún mejores que los nuestros”.
Si este fuera el caso, agregó, el objeto no se habría fragmentado, sino que habría mantenido su estructura intacta.

El próximo acercamiento del objeto a la Tierra, en diciembre de 2025, será clave para resolver el misterio. (Foto: NASA)
Para comprobarlo, Loeb espera los próximos acercamientos del cometa, especialmente el 19 de diciembre de 2025, cuando 3I/ATLAS estará en su punto más cercano a la Tierra.
Telescopios terrestres, junto con el Hubble y el James Webb, podrán analizar entonces su composición y forma.
De confirmarse que el objeto se mantiene intacto o muestra una aceleración no explicable por la gravedad, el científico cree que podría tratarse de un artefacto artificial.
¿Por qué se dice que el objeto interesante 3I/ATLAS podría ser “mucho más” que un simple cometa?
El cometa 3I/ATLAS es objeto de especulación debido a una serie de características altamente inusuales que desafían las explicaciones cometarias convencionales. En primer lugar, es un objeto interesante, el tercero conocido, lo que significa que se originó fuera de nuestro Sistema Solar y está de paso. Sus anomalías incluyen una aceleración no gravitacional excepcionalmente grande que no puede justificarse completamente por la desgasificación normal del hielo (el “efecto cohete”), lo que requeriría una pérdida de masa inverosímil. Además, su composición química es atípica, mostrando niveles inusuales de dióxido de carbono y níquel frente a otros elementos, sugiriendo que se formó en un entorno químico muy distinto y con una antigüedad estimada de hasta 7000 millones de años o más, siendo más viejo que el propio Sistema Solar.
Todo lo anterior, sumado a su inusual impulso extra, la ausencia de una gran nube de gas que justifique la aceleración, o el chorro de material (anticola) apuntando hacia el Sol, llevaron a algunos científicos, como el astrofísico Avi Loeb, a considerar hipótesis más especulativas, planteando que estaríamos ante una estructura de origen artificial o tecnológico, como una “nave nodriza” o algún tipo de sonda. Esto ha sido descartado por la mayoría de la comunidad científica, quienes consideran el suceso como algo natural, aunque muy inusual.
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