El sector turístico cubano registró un ligero crecimiento en el primer semestre del año, debido principalmente a las reservas procedentes de Rusia. Sin embargo, la tasa de ocupación general aún está muy por debajo de los niveles previos al coronavirus y es insuficiente para compensar la grave falta de divisas. Si bien ha habido cierta mejora gradual, no está claro si se podrá alcanzar el objetivo de atraer 3,2 millones de visitantes para fines de 2024. Esta incertidumbre debe atribuirse a las múltiples sanciones impuestas por el presidente Donald Trump y su sucesor, Jo Biden, que también afectan al sector turístico.
Según la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI), hasta finales de junio habían llegado a la isla caribeña 1,3 millones de visitantes internacionales, 11.300 más que el año anterior. El crecimiento más lento de lo esperado se atribuye en parte a la reducción de la capacidad de vuelos desde Europa. Durante varios años, Canadá ha sido el principal mercado emisor de viajeros a Cuba, con casi 580.000 visitantes.
El segundo grupo de visitantes más numeroso son los cubanos residentes en el extranjero. El mayor aumento se ha producido entre los turistas de Rusia, que ya ocupaban el tercer puesto en junio con poco menos de 113.000 visitantes. Esto supone un aumento de alrededor del 67 por ciento en comparación con los casi 68.000 visitantes del mismo período del año pasado, lo que convierte a Rusia en una fuerza prometedora detrás de la todavía modesta recuperación junto con Canadá.
Según el ministro cubano de Turismo, Juan Carlos García, la isla está tomando medidas proactivas para garantizar un flujo constante de turistas. La expectativa de recibir este año 200.000 turistas rusos y hasta medio millón en los próximos años es un testimonio del compromiso del gobierno. Las condiciones para esta afluencia ya están preparadas, incluida la aceptación en Cuba de las tarjetas de crédito rusas Mir desde diciembre.
Actualmente, los bancos cubanos están considerando emitir tarjetas de pago rusas, conocidas como tarjetas Mir. Además, La Habana espera un aumento del turismo procedente de China. A principios de mayo, García reveló que los ciudadanos chinos ya no necesitarían visa para visitar Cuba. Posteriormente, se reanudaron los vuelos directos entre Pekín y la capital cubana, que habían estado suspendidos durante la pandemia, con dos vuelos semanales por el momento.
En el estancado mercado europeo, Cuba aspira a atraer visitantes interesados en los paisajes únicos, la cultura y la belleza de la isla, ofreciendo una experiencia más allá del turismo de sol y playa. El objetivo es posicionarse como un archipiélago de paz, salud y seguridad. Sin embargo, la crisis actual, debido principalmente a las sanciones estadounidenses, impacta al sector que el gobierno espera impulsar.




