
Viviendo por la playa ha sido durante mucho tiempo una aspiración definitoria, impulsada por la promesa de una naturalezaprivacidad y acceso inmediato al agua. Históricamente, casas de playa tendían a ser rústicos y sobrios: en parte porque dar servicio a sitios remotos y entregar materiales era difícil, y en parte porque su encanto residía en estar más cerca de rudimentos—más simple, más tosco, más directo.
En consecuencia, muchas de las primeras casas de playa se construyeron en madera. La madera ofrecía claras ventajas: era ligera, adaptable, rápida de trabajar y podía montarse con un mínimo de maquinaria pesada. Mientras que la madera resiste y se comporta mal en salCargada de humedad, la madera para exteriores tiene un carácter crudo y natural que reforzó el atractivo del ideal de casa de playa.





