La inflamación es la forma en que el cuerpo intenta mantener una buena salud. Es una respuesta inmune defensiva a lesiones e invasores como virusbacterias y otros patógenos. Pero en las enfermedades crónicas, la inflamación misma puede volverse crónica; en este caso, el sistema inmunológico continúa desencadenando células inflamatorias incluso cuando no existe ninguna amenaza. Eso puede provocar daños que pueden afectar su piel, articulaciones, órganos e incluso su salud mental.
Por eso, reducir la inflamación es importante para permitir la curación. Afortunadamente, las elecciones dietéticas pueden desempeñar un papel en la reducción de la inflamación crónica sistémica. Una dieta antiinflamatoria se caracteriza por alimentos que se sabe que tienen propiedades reductoras de la inflamación, que incluyen:
- frutas
- Verduras
- cereales integrales
- Nueces y semillas
- legumbres
- Hierbas y especias como la cúrcuma y el jengibre.
- Proteína de origen vegetal
- Aceite de oliva
- Pescado rico en ácidos grasos omega-3 como el salmón y las sardinas.
Otra razón clave por la que una dieta antiinflamatoria puede ser útil para el eccema (o algunas otras afecciones crónicas) es la forma en que afecta el sistema gastrointestinal, dice Adiana Castrodietista-nutricionista registrada especializada en salud intestinal y propietaria de Compass Nutrition en la ciudad de Nueva York.
«Existe una conexión entre la salud intestinal y el eczema, a través del eje intestino-piel», dice.
«La disbiosis, que es un desequilibrio del microbioma intestinalpuede promover la inflamación intestinal y puede desencadenar o empeorar la inflamación de la piel. Para prevenir la disbiosis, necesitamos un microbioma intestinal fuerte. Una dieta antiinflamatoria, especialmente a través de una diversidad de plantas… proporciona combustible para las bacterias beneficiosas que ayudan a que tanto el intestino como la piel estén sanos».




