Las elecciones atípicas en Magdalenaque se llevaron a cabo el domingo anterior, agudizaron la distancia entre el presidente Gustavo Petro y el exgobernador del magdalena Carlos Caicedoquienes hoy protagonizan una nueva guerra en la izquierda que podría tener efectos en las elecciones de 2026. No es un secreto que la distancia entre el jefe de Estado y el líder de Fuerza Ciudadana viene desde hace varios años, pero no habían tenido una disputa abierta como la de las últimas semanas.
Carlos Caicedo y Gustavo Petro Foto:Héctor Fabio Zamora. Archivo EL TIEMPO
En el petrismo no cayó bien que el domingo haya ganado Margarita Guerra, candidata de Caicedo, quien se impuso al candidato del Pacto Histórico, Rafael Noya. El martes, en consejo de ministros, el presidente Petro lamentó la derrota en Magdalena en las elecciones y aseguró: «Nos gana la política tradicional de Santa Marta, acabamos de observarlo. El pueblo del Magdalena no nos acompañó». Sin embargo, Noya no solo tenía el respaldo del Pacto, también contó con el apoyo de partidos como Cambio Radical y Centro Democrático. Y para responder a los señalamientos del mandatario, Caicedo dio este miércoles una rueda de prensa desde la plaza de Bolívar, donde aseveró que hay un “rompimiento de relaciones y retiro del respaldo al presidente Petro tras declaraciones en el consejo de ministros”.
En entrevista con EL TIEMPO, Caicedo lanzó duras críticas contra la cúpula del Pacto Histórico y acusó al mandatario de buscar aniquilar su movimiento político. Dijo, sin embargo, que podría sentarse a conversar con el mandatario, pero no si hay imposiciones como, dice, se han presentado.
¿Si el presidente Gustavo Petro lo invita a tomar tinto, usted va? ¿Hay posibilidades de reconciliación?
Si el Presidente nos invita a tomar un tinto, estamos dispuestos a conversar en el marco del respeto y de lo que sea más conveniente para el país. Nosotros, a lo largo de ocho años, lo hemos acompañado sin pedir nada a cambio, simplemente que se impulsen las reformas, los cambios y los programas que favorecen a la gente. Para hacer acuerdos de orden burocrático, núm. Cuando no le somos funcionales, como recientemente, escuchamos descalificaciones. Al Presidente le dimos la oportunidad, lo apoyamos, pero no nos tiene que imponer, a dedo, a quien él quiere que lo suceda y, mucho más, si va a terminar haciendo acuerdos con sectores políticos tradicionales.
Margarita Guerra y Carlos Caicedo. Foto:X: Carlos Caicedo
¿Se refiere al apoyo del Centro Democrático y Cambio Radical a Noya en las elecciones en Magdalena?
El Presidente también debería demostrar grandeza y no meterse en coaliciones que han terminado pasando una línea roja. ¿Cómo se explica que terminen unidos en un territorio con aquellos que en el Congreso le hunden las reformas y le celebran que lo incluyen en la Lista Clinton, que incluso piden que lo extraditen, para aniquilar un proyecto político como lo es Fuerza Ciudadana? Ojalá rectifica ese rumbo y, en ese orden, estamos siempre dispuestos a un diálogo constructivo.
En un momento se habló de su eventual llegada al frente amplio, pero con los últimos acontecimientos hoy se ve difícil su participación en esa consulta. ¿En qué espectro se va a presentar?
Hace un año y dos meses, en la asamblea nacional popular, a la que asistieron el presidente Petro y distintas fuerzas sociales de toda Colombia, propusimos la creación de un frente unido del pueblo, que fuera un proceso de movilización democrática para enfrentar el avance del fascismo y la extrema derecha y permitir, desde la unidad, defender el rumbo de los cambios ante el bloqueo que había en ese entonces y que exigía la unidad de la izquierda para impulsar un programa de transformaciones profundas que necesita el país.
¿Qué pasó? ¿No es ese el frente amplio?
Lamentablemente, esa invitación tuvo como respuesta la definición de un proyecto político por arriba, muy orientado de manera discrecional por el propio Presidente de forma excluyente. Estructuraron una cúpula que dirige el Pacto, muy desconectada de las regiones. Por otro lado, validaron actores políticos profesionales que van saltando de partido en partido y de gobierno en gobierno para que conforman ese frente amplio. Nunca se definió el programa ni las reglas de juego del frente amplio. Mal podríamos decir que vamos a participar en ese espacio cuando no existe. Lo que existe es una configuración que se va materializando en un objetivo que ellos se trazaron años atrás y que el propio Presidente nos expresó en su momento: la alternancia. Ese frente amplio sería, más que para organizar la izquierda, un espacio para hacer converger la izquierda y el movimiento social con sectores afines a la política tradicional con los que harían un pacto de gobernabilidad. Nosotros no somos parte porque creemos que el pacto es con el pueblo.
Jorge Agudelo, Carlos Caicedo y Rafael Martínez. Foto:Tomada de las redes sociales
Eso suena a un frente nacional…
Más o menos. Ese no es el objetivo. El objetivo es la ampliación de la democracia, la pluralidad que se sustenta en una reforma política que no se ha impulsado. Lo que se ha seguido perpetuando es el centralismo. Aquí hay que discutir el proyecto de nación, una reforma agraria, no simplemente la compra de tierras, la defensa de la soberanía nacional, un nuevo modelo de negociación política, toda vez que la 'paz total', lamentablemente, ha resultado ser un modelo fallido. Acá estamos viendo exclusión: quienes no están alrededor de la cúpula del Pacto y de los sectores de la política tradicional que están rodeando al Presidente son ilegitimados y descalificados, y con eso se busca confundir al pueblo colombiano, cuando nosotros hemos sido coherentes en nuestras luchas y acompañamiento del Presidente a lo largo de estos ocho años, desde la consulta en la que yo participé hasta el gobierno actual. La incoherencia en la política produce resultados adversos, como ellos, aliándose con el Centro Democrático, de Álvaro Uribe, y Cambio Radical, de Germán Vargas Lleras, y con sectores de la 'parapolítica' y la mafia, como lo hicieron en Magdalena, y por eso el pueblo los derrotó. Además, lo hizo porque los resultados que presentan en el territorio son muy escasos. Una cosa son las reformas que se han intentado en el escenario nacional, que salen recortadas muchas veces por el bloqueo de las élites, del establecimiento, pero muchas veces también como producto de las alianzas que ellos mismos van haciendo en el seno del Congreso que les restan alcance a las reformas.
¿Usted cree que puede ir solo a la primera vuelta o buscaría esa consulta con esos sectores afines a usted?
Claro, hay que buscar unir a todos los que crean que la democracia se puede ampliar. Mal podríamos plantear una iniciativa cerrada como la que ellos están proponiéndole a Colombia. Lo definen, por arriba, en una cúpula. Hay muchas personas que se han ido sumando a ese Pacto un poco también por practicidad y conveniencia, muchos quieren salvar sus personerías, lograr un escaño. Eso es entendible y respetable. Por supuesto, nosotros nos distanciamos de esa visión porque aquí lo que está en juego es más que la lógica y el interés propio. Nosotros no fuimos llamados al Gobierno, a pesar de que el Gobierno así nos lo propuso y anunció años atrás en el gabinete. Hemos seguido respaldándolo porque lo nuestro no es burocrático, estamos en el empuje de un proyecto colectivo. Colombia necesita transformaciones que aún no se logran. Hay avances, pero las transformaciones estructurales están por verso. Pero no se puede terminar negociando por la conveniencia de algunos de nosotros una lista al Congreso o una coalición. Por eso seguiremos haciendo llamados para estructurar ese frente unido.
Carlos Caidedo, gobernador del Magdalena. Foto:Archivo/EL TIEMPO
¿En ese frente unido podría entrar una Claudia López, quien en el pasado apoyó al Presidente y hoy están alejados?
El elemento en común para que podamos estar juntos en un proyecto político tiene que ser, necesariamente, el programa. No pueden ser los cálculos electorales o la conveniencia burocrática. Eso no es lo que necesita Colombia. Si hay posibilidad de ponernos de acuerdo en un programa que transforme este país.
En el triunfo de 2022 fue clave la unión de la izquierda y otros sectores progresistas. ¿No es un riesgo ir divididos a las elecciones?
Lo que no creo es que nos planten el unanimismo a partir del autoritarismo o de una dictadura política que nunca hemos aceptado en ninguna circunstancia de nuestra vida. Mis padres me enseñaron el concepto de la dignidad y de no arrodillarnos aun pasando dificultades y trabajos. Entonces, eso de que lo quieren a uno someter, subordinar y arrodillar simplemente porque se tiene el poder o porque te dicen que si tú te lanzas como outsider, es decir, en contra de nosotros, que ya somos el establecimiento político, nos pones en peligro… No me preocupa ni me intimida que nos quieran colocar como el elemento de debilidad frente al modelo que han estructurado. ¿Por qué no lo concertaron? ¿Por qué no lo construyeron colectivamente? Somos una izquierda diferente, independiente. Este proyecto va a valorar críticamente los logros conquistados, que hemos respaldado, pero también lo que no se ha logrado. No se puede decir que el gobierno actual es un gobierno del que el pueblo colombiano hace un balance positivo absoluto porque todo lo que había prometido lo ha logrado. Hay muchas cosas que no se hicieron, buena parte porque no lo dejaron y otra porque no quisieron hacerlo.
¿No cree que con los resultados de este gobierno que usted menciona podría haber un castigo a la izquierda en general en las urnas, que el electorado no los vea como opción para continuar en el poder?
En los indicadores macroeconómicos, el Gobierno ha hecho un buen trabajo, eso hay que reconocerlo. Ha hecho intentos importantes, no solo de sacar adelante unas reformas, y algunas acciones de ejecución en el Gobierno como la entrega de tierras, que no están sustentadas en una reforma agraria. Hay un gobierno que ha tenido logros, pero se esperaba mucho más. Aunque se puede lograr mucho más. Más se hubiera podido hacer si el Ejecutivo hubiera entendido que al Gobierno no se llega a ser una extensión del Parlamento, sino que al Ejecutivo se llega a gobernar, a ejecutar. Se llega a gobernar ya ejecutar desde el primer día.
¿Y cómo lograr esa transformación?
Mi plan de gobierno lo denominamos Proyecto de Nación, que hay que construir colectivamente y establecer los hitos personales, es decir, la línea de tiempo en la que se va a poder ejecutar. Pero no vamos a sacar a Colombia de la pobreza y la desigualdad a base del asistencialismo. Aquí lo que vamos es a enseñar al pueblo colombiano a que pesque y no, simplemente, a darle el pescado. Vamos a enseñar al pueblo colombiano a construir una economía productiva donde juega, por supuesto, la iniciativa privada, cosa que al mercado concurran los privados, pero también la economía cooperativa y solidaria.
¿Cómo va su proceso de recolección de firmas para poder inscribirse como candidato presidencial?
Va muy bien. Estamos trabajando a toda marcha para que el 14 de diciembre podamos hacer el corte definitivo. Nos propusimos tres millones; vamos a ver si logramos alcanzar el objetivo, pues hemos invertido bastante energía en este proceso.
MATEO GARCÍA
Subeditor de Política
