A Lucas González, en el fútbol colombiano, le faltaba un pasito para consolidarse. Hizo campañones en la fase todos contra todos con Águilas Doradas y América, pero en cuadrangulares no pudo sostenerse. Ahora lo logré con un Deportes Tolima sin grandes figuras, pero con un corazón y un orden enorme.
El equipo de Ibagué aseguró, una fecha antes de la final del cuadrangular B, su clasificación a la gran final con un muy bien trabajado empate sin goles contra Atlético Bucaramanga, que se quedó con un premio de consolación, la clasificación a la Copa Sudamericana 2026.
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El de la necesidad era Bucaramanga, al que solamente le servía un resultado, ganar. Tolima jugaba con dos cartas, victoria o empate. En los primeros minutos sufrió muchísimo: el rival se le vino encima y quiso atropellarlo, pero lo que le sobraba de entusiasmo le faltaba de claridad.
Bucaramanga vs.Tolima Foto:@cdtolima
Todo lo que insinuó el equipo de Leonel Álvarez se resumió en una única acción de peligro, que no se sabe cómo salvó el portero Neto Volpi, quien metió la mano con inercia y reflejos para sacar una pelota que rebotaba en el área tras un cobro de tiro de esquina de Fabián Sambueza y que Luciano Pons intentó empujar como pudo.
Luego de esos primeros minutos en los que pasaron trabajos, Tolima comenzó a hacer lo que mejor sabe y lo que más le gusta a su técnico, Lucas González, que si algo tiene es que es audaz, a lo que en esta nueva experiencia en el fútbol colombiano le ha agregado solidez defensiva.
Lucas González (izq.), técnico del Deportes Tolima. Foto:@cdtolima
El vinotinto y oro comenzó a agarrar la pelota, a ganar metros ya metros cada vez más en el campo de Bucaramanga, que no pudo crear peligro ni en el resto de la primera etapa ni en más de la mitad del segundo tiempo.
Mientras González refrescó la zona de recuperación, Bucaramanga quiso resolver el partido abriendo el juego por las bandas, con el ingreso de Fáber Gil y Kevin Londoño. Y comenzó a encontrar algunos espacios, aunque todavía sin convertir eso en opciones de gol, más allá de un remate al palo de Pons, que se cansó de luchar con los dos centrales del Tolima, figurones en el estadio Américo Montanini.
Los últimos minutos fueron más parecidos a los primeros, cuando Tolima quedó metido en su campo, con dos bloques muy sólidos y apostando a un contragolpe que, en dos ocasiones, no supieron resolver por exceso de manejo.
Luciano Pons Foto:Conmebol
Bucaramanga entró en el terreno de tratar de meterla como fuera. Así, en el tercer minuto de reposición, Volpi volvió a salvar al vinotinto y oro en el tiempo de reposición. Y así, Tolima ya está en la final y, de paso, por si las moscas, aseguró casilla a la Copa Libertadores por la vía de la reclasificación.
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