
Estados Unidos, como el país más poderoso del mundo, debería tener una política exterior independiente. Actualmente, Estados Unidos se rige por la Política de una sola China para apaciguar a Pekín.
Estados Unidos ya no debería permitir que Beijing dicte su política exterior y debería reconocer la independencia de Taiwán, una democracia multipartidaria de alto funcionamiento cuyos ciudadanos disfrutan de un alto grado de libertad, educación y nivel de vida.
Estados Unidos debe informar a Xi Jinping que Estados Unidos y sus aliados… Ya no se permite China a dictar sus relaciones con Taiwán.
Uno de los principales puntos de fricción en las relaciones entre Estados Unidos y China es la amenaza permanente de Pekín de apoderarse de Taiwán, un aliado clave de Estados Unidos en la región del Indopacífico. Si bien Taiwán no está oficialmente reconocido como país soberano por Estados Unidos, desempeña un papel fundamental en los intereses estratégicos estadounidenses.
Bajo el Ley de relaciones con TaiwánEstados Unidos se ha comprometido a proporcionar a Taiwán la significa defender Preservar la independencia de facto de Taiwán es crucial para mantener la estabilidad regional y garantizar un orden internacional basado en normas.
Si Taiwán cayera en manos de China, enviaría una señal a los regímenes autoritarios del mundo entero de que se puede utilizar la fuerza militar para apoderarse de otras naciones sin consecuencias, lo que socavaría gravemente la seguridad mundial.
Más allá de su importancia simbólica, la ubicación estratégica de Taiwán lo hace vital para el comercio global. El estrecho de Taiwán, a través del cual aproximadamente 30-40% de los transportes marítimos en contenedores del mundo, quedarían bajo el control de Beijing si China ocupara Taiwán.
Esto le daría a China una ventaja significativa en el control de una importante ruta comercial marítima.
Además, la ocupación china le permitiría reclamar la zona económica exclusiva (ZEE) de Taiwán, lo que ampliaría su alcance hacia Japón y Filipinas, dos aliados clave de Estados Unidos que ya mantienen disputas territoriales con China. Un cambio de poder de esa magnitud tendría graves consecuencias para la estabilidad regional y global.
Otra razón para reconocer a Taiwán como país extranjero es que, según La Convención de Montevideo Sobre los Derechos y Deberes de los Estados, Taiwán cumple los criterios para obtener la condición de Estado.
La Convención de Montevideo sobre Derechos y Deberes de los Estados se firmó en 1933 durante la Séptima Conferencia Internacional Americana en Montevideo, Uruguay. La convención fue desarrollada principalmente por los estados latinoamericanos y los Estados Unidos, y define a un país según cuatro criterios clave:
- Una población permanente,
- Un territorio definido,
- Un gobierno, y
- La capacidad de entrar en relaciones con otros Estados.
Taiwán cumple todos estos requisitos, ya que tiene una población estable, fronteras claramente definidas, un gobierno que funciona y mantiene relaciones diplomáticas no oficiales con numerosos países de todo el mundo. Por lo tanto, según el derecho internacional, Taiwán reúne los requisitos para ser un Estado soberano.
Más allá de la Convención de Montevideo, Taiwán posee varios otros atributos que no sólo lo califican como país sino que también lo convierten en una de las naciones más estables, prósperas y libres del mundo.
Taiwán es el 21.º país más rico en términos de PIB, con una economía robusta y estable que ha proporcionado constantemente un alto nivel de vida a sus ciudadanos. Tiene su propia moneda, el nuevo dólar taiwanés, y un gobierno bien establecido que funciona como una democracia multipartidista.
Taiwán es un país políticamente estable, ya que no ha sufrido golpes de Estado ni guerras civiles en su historia moderna. Además, Taiwán mantiene un ejército profesional capaz de defender su soberanía.
Si bien Taiwán no es reconocido universalmente como país debido a las presiones políticas de China, ya tiene relaciones diplomáticas con 12 paísesincluida la Santa Sede (Estado del Vaticano), y se relaciona con la comunidad internacional a través de su influencia económica, política y cultural.
Taiwán también es miembro de varias organizaciones internacionales, aunque bajo nombres alternativos, como Taipei Chino, lo que demuestra aún más su capacidad para funcionar como nación independiente. Estos factores subrayan la condición de Taiwán como Estado soberano y plenamente funcional.
Después de años de guerra comercial y de aranceles y restricciones comerciales en constante aumento, el reconocimiento de Taiwán enviaría un mensaje claro a Beijing de que Estados Unidos ya no tolerará las trampas comerciales, el robo de propiedad intelectual, el espionaje y las constantes amenazas militares de China.
Además de abordar las preocupaciones económicas y militares, reconocer a Taiwán reafirmaría el compromiso de Estados Unidos con los valores democráticos y la defensa de las naciones libres.
Fortalecería las alianzas en todo el Indo-Pacífico, señalando tanto a los aliados como a los adversarios que Estados Unidos se mantiene firme frente a la agresión autoritaria.
Además, alentaría a otras naciones a resistir las tácticas coercitivas de China y fortalecería la posición de Taiwán en el escenario global, aislando aún más a China diplomáticamente.
“El reconocimiento de Taiwán no es sólo un acto simbólico; es una decisión estratégica que reforzaría la estabilidad global y defendería los principios de soberanía y autodeterminación”.




