
Cada año, miles de satélites al final de su vida caen hacia la Tierra y se queman en la atmósfera. A su paso, dejan un rastro de sustancias químicas que agotan la capa de ozono con el tiempo.
Todo esto es parte del plan: 'Design for Demise' es un concepto estándar para fabricar satélites que se rompen al reingresar, limitando la amenaza de la basura espacial a otros satélites y a la Tierra que se encuentra debajo. Pero a medida que los humanos lanzan (y queman) más satélites que nunca, las consecuencias ambientales aumentan.
Ahora, investigadores de la empresa europea MaiaSpace, una filial de ArianeGroup que fabrica vehículos de lanzamiento, están dándole la vuelta a la idea: sostienen que un enfoque de «diseño para no desaparecer» podría ayudar a proteger la atmósfera de nuestros robots espaciales.
En un reciente papelAntoinette Ott y Christophe Bonnal, empleados de MaiaSpace, sostienen que una nueva estrategia para el final de la vida útil de los satélites podría reducir los impactos ambientales negativos. La solución sugerida conlleva sus propios desafíos, en particular el riesgo de que caigan escombros a la Tierra, pero encontrar el camino correcto a seguir dependerá de sopesar los peligros de ambas estrategias.
basura química
La contaminación procedente del reingreso de los satélites se ha convertido en una amenaza cada vez mayor para la atmósfera superior, en particular la capa de ozono en la estratosfera que protege a la Tierra de la radiación ultravioleta. Cuando los satélites se queman durante la reentrada, producen pequeñas partículas de óxido de aluminio; Estos óxidos catalizan reacciones destructivas entre el ozono y el cloro atmosférico que agotan el escudo contra la radiación natural.
Un 2024 estudiar descubrió que un satélite típico de 550 libras (250 kilogramos), estimado en un 30% de aluminio en masa, podría generar alrededor de 66 libras (30 kilogramos) de nanopartículas de óxido de aluminio cuando se quema en la atmósfera. El estudio demostró que un número creciente de satélites que reentran en la atmósfera de la Tierra contribuyó a que en seis años se multiplicara por ocho la cantidad de óxidos nocivos en la atmósfera de la Tierra.
Manteniéndolo unido
La nueva investigación sugiere que un enfoque de «diseño para no morir» podría ser la mejor opción. Los ingenieros diseñarían satélites capaces de sobrevivir a la inmersión sobrecalentada a través de la atmósfera terrestre. Los autores del artículo sugieren que los satélites se someterían a una maniobra de reentrada controlada para minimizar el riesgo de que caigan desechos espaciales en zonas habitadas de la Tierra.
Si un enfoque de no desaparición se convierte en la norma, es probable que signifique mayores costos para los operadores de satélites. Sus naves espaciales tendrían que ser lo suficientemente pesadas para sobrevivir al reingreso y probablemente requerirían sistemas de propulsión y combustible para garantizar que los satélites aterricen en algún lugar profundo del Océano Pacífico, lejos de la tierra o de las personas.
“El diseño de objetos espaciales ahora enfrenta una pregunta: ¿debería diseñarse un vehículo para quemarse por completo, lo que implica que los restos supervivientes podrían aumentar el riesgo de víctimas, o debería apuntar a minimizar las emisiones de partículas y gases a la atmósfera, limitando así el daño ambiental a largo plazo?” escribieron los investigadores en el artículo.




