«Anonimato», de Mariano Rochman, dirigida por María Pastor

Horacio Otheguy Riveira.

Se encuentran -como en otras ocasiones- el Rochman dramaturgo con el Rochman actor, esta vez junto a dos actrices estupendas, todos dirigidos por María Pastor, formidable actriz que debuta como directora para ofrecer una función intimista con recursos de comedia-dramática, una fórmula antigua que, en realidad, es muy actual dado que no hay creación de conflictos dramáticos con su toque de humor.

Las cosas del querer, que decía la canción popular, van siempre juntas a las cosas de vivir sorteando, calibrando, esquivando… los mil y un obstáculos que no solo dan vida a las cosas del teatro, sino al corazón de toda vida cotidiana.

ANONIMATO aborda el tema de la identidad. De quiénes somos a partir de donde venimos. La idea parte de la pregunta si ¿padre se nace o se hace?, es decir, ¿qué se pone en juego en el deseo de ser padre, en el valor de ser padre biológico o la importancia de ocupar el rol de padre aunque no sea el progenitor?
Indagando en cuestiones de la genética y epigenética es decir las cuestiones heredadas a través del ADN y las heredadas por la crianza aunque no haya un vínculo genético.
En esta obra, a partir del descubrimiento de que el padre del protagonista no era su padre biológico, comienza un conflicto de identidad, de una búsqueda por entender las razones que llevaron a tomar la decisión de sustituir genéticamente a uno de los progenitores; todo esto sumado a que la pareja principal de la obra esperan su primer hijo, poniendo en duda y tambaleando
su relación.
Esta obra indaga a través de la cuestión de la identidad hasta dónde es capaz un ser humano de entregarse y sacrificarse por un hijo o hija, más allá del vínculo biológico.

María Pastor dirige con buen ritmo esta pieza para tres intérpretes. Ha protagonizado obras clave del repertorio teatral (Efecto Shinkansen, Duet for One, La bella de Amherst, El curandero, El perro del hortelano…).

La necesidad de preguntarse quién eres y de dónde vienes inherente parece al ser humano. Pero, ¿es realmente tan importante? Lo importante es saber hacia dónde ir. Qué camino tomar. Aunque como diría el gato de Alicia en el país de las maravillas, si no sabes a dónde ir, no importa el camino que elijas. Todo es una señal cuando estamos perdidos… Todas estas cuestiones aparecen de alguna forma en la obra pero aquí hemos decidido tomarnoslas como un juego. Al fin y al cabo la vida es demasiado corta para tomársela en serio. (Notas de la directora).