El Rugido de Bilbao se oyó Mucho Antes de ver Mikel Landa. El Alavés, Con la Mirada Afilada de Los Días Grandes, Cumplió su palabra y Movió la Carrera en Casa: Saltó A 3,5 Kilómetros de la Cima del Primer Vivero, Abrió Hueco y Coronó en Solitario, Con Santiago Buitrago a la Visto y el Pelotón Roto en Cheepazos a Cheepazos a Cheepazos a Cheepazos. «Hoy me gustaría estar muy activo, ser un corredor combicio … bilbao para mí es como estar en masa»Había Avisado por la Mañana en San Mamés. No mentía alguien que, en el Marca más Vuelta'25 especial por T-Rex de Soudal advirtió que no podría Pelear por la General Pero Sí QUERRIA DAR ESPECTÁCULO COMO EL QUE ESTABA DANDO EUSKADI.
El Movimiento Llegó en El Corazón de Una Etapa Con Sello Vizcaíno: Subidas Cortas y Secas, Sin Un Metro Llano, Y Un CircuitO Que Encadena El Vivero por Partida Doble Antes de Enfilar Pike Bidea y la Bajada a la Gran Vía. Un terreno perfecto para valientes y para el 'Landismo'. Landa (T-Red de Soudal) Arrancó Con Decisión, Cazó Aire Limpio y, A Dos de Coronar, Manejaba Unos 25 SEgundos Sobre El Grupo. Buitrago (Bahrein Victorious) Reaccionó desde Atrás, Endureciendo el Ritmo y Seleccionando El Pelotón. Coronó Landa Con una decena de Segundos y, Ya en el Descenso, El Colombiano se Voldó a Su Rueda. Derrás, Mads Pedersen Probaba También, Agitando un Paquete Que Por Fin Entendióón que la Etapa se Había Puesto Seria.
El Ataque del Alavés no Fue un Capricho ni una Foto para el Recuerdo. En este Perfil, CADA CARTUCO CUENTA Y LA COLOCACIÓN MANDA. Golpear en el Primer Vivero Obliga A Los Equipos de la General A Exponerse Antes de Tiempo y, de Paso, Daba A Landa una Palanca táctica para la la segunda pasada y el muro final de Pike, 2,3 km Ásperos (8,9% de mediaciones) con bonificaciones en la cima y apinges 7-8 kmes 7-8 kmes 7-8 kmes 7-8 kmes 7-8 kmes 7-8 kmes 7-8 kmes 7-8 kmes 7-8 kmes 7-8 kmes 7-8 kmes 7-8 kmes 7-8 kmes 7-8 kmes 7-8 kmes 7-8 kmm Hasta Meta. En Bilbao, Como en 2022, El Vivero Castiga las Piernas y Pike Remata A Quien Llega Cone Aire JUSTO.
El contexto Invitaba al Alavés A Incendiar La Carrera. La Jornada, de 157,4 Kilómetros, Acumulaba Siete Ascensiones Puntuables —Dos de 2ª y Cinco de 3ª— Y 3.185 Metros de Desnivel, Con Salida en San Mamés y Llegada Prevista en La Gran Vía. Lun Doble Subida al Vivero (4,2 km al 8,3%) y El Remate por Pike Dibujaban Un Guion que separa a los que Hacen Daño de los que Solo lo Sufren. Landa Eligió El Primer Papel.
Hubo, Además, Algo más que táctica: Hubo Piel. Landa Corrió Delante de los Suyos, Entre Ikurriñas y Camisetas del ALAVÉS Y EL ATLETICO Mezcladas a la Vera de la Carretera. El Eco de Su Apellido Rebotó en Cada Herradura del Vivero, ESe Caracol que Sube Desde Las Faldas de Bilbao y Que Conviorte Cualquier Cambio de Ritmo en Un Latigazo. Para un ciclista que conoce CADA curva, atacar ahí es también una declaración sentimental.
La Maniobra no Garantizaba El resultado —Quedaba oTro Paso por El Vivero y La Emboscada de Pike—, Pero Sí Marcaba Territorio. Si El Dúo Con Buitrago Prosperaba, El Botín Podía Ser la Etapa; Si no, El Premio Ya Era Haber Obligado A Desnudarse A Los Rivales Antes del Muro Final. En Días Así, El Ciclismo Vuelve un ser un juego de nervios: Quién Gasta, Quién Guarda, Quién se Atreve.
Landa Encendió La Mecha. Bilbao Puso la Banda Sonora. La Etapa, Diseñada Para El Eppectáculo de Media Montaza y Los Ataques de Pura Raza, Encontró Su Protagonista en Casa. Pase lo que pase en Pike y en la Volata a la Gran Vía, El Vivero Ya Tuvo Dueño Por Un rato: Fue de Mikel, Fue del Landismo. Dispués, Los Dolores de Espalda le Frenaron.
