Ay no, bellakathde plano ni cómo defenderte. Después de los comentarios homofóbicos de la cantante y su xerofobiacreímos que no habría nada peor. Pero no contábamos con que todavía iba a sacar una 'disculpa'… y sí todo terminó peor, mucho peor.
Todo comenzó cuando, después de su presentación en el Flow Fest 2025, Bellakath comenzó a recibir críticas por sus videos bailando. Algunos comentarios eran burla, otros ataques gratuitos, y en uno de ellos la cantante perdió completamente el control. Respondió con una frase que nadie vio venir:
“Jota sidosa, ojalá no pidas respeto”.
Así fue el intento de disculpar a Bellakath por su homofobia.
Un comentario homofóbico, serofóbico y directamente violento.que usamos dos términos históricamente utilizados para humillar y agredir a la comunidad LGBT+. El problema no era solo la palabra, sino todo lo que implica. Era reforzar estigmas, burlarse de enfermedades, usar insultos que se han usado por décadas para herir. Y lo escribió ella, una artista cuya base de fans está compuesta —en gran parte— por personas de la comunidad queer.

Pero después vino lo “mejor”: su supuesta respuesta pública, que muchos pensaron sería una disculpa… y no pudo estar más lejos de eso. Bellakath escribió:
“Las mujeres y los gays somos grupos iguales de vulnerables, pero cuando un gay ataca a una mujer, no pasa nada porque es gay, pero cuando una mujer ataca a un gay, es homofóbica, xerofóbica, clasista, racista, etc, etc.”
Y luego remató con:
“No justifico ninguna de mis palabras hacia esa persona, pero tristemente al buleador, hay que bulearlo para ponerlo en la misma situación.”
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Esto no es una disculpa. Ni siquiera un intento de una. Es una justificación completa y abierta para seguir siendo violenta. Bellakath redujo todo a un “me atacaron, así que yo también puedo atacar”, como si la violencia fuera un juego de uno contra uno, como si insultar con términos cargados de discriminación fuera equivalente a responder un comentario grosero cualquiera.
En lugar de entender por qué su comentario era grave, decidió normalizar la idea de “bulear al buleador”, diciendo, básicamente, que está bien reaccionar con odio. Y duele, porque su público no es ajeno a esto. Sus fans LGBT+ son quienes la han levantado, quienes bailan sus canciones, quienes la han viralizado, quienes han hecho de su carrera un fenómeno. Que ella responde con este nivel de agresividad, ignorancia y cero empatía… se siente como una traición directa.
Y no solo es el comentario, es lo que revela… un artista que no entiende realmente el lugar que ocupa ni a quién le habla, una figura pública dispuesta a usar discursos violentos contra la misma comunidad que la sostiene.




