¡Saqueo, asaltos y bandolerismo!
Es lo único que se ha visto en los 22 días de paro, violencia, asaltos y bandolerismo. Ejemplos sobran. Las mujeres y los hombres trabajadores del mercado de la parroquia Atuntaqui del cantón Antonio Ante se quejan de que un numeroso grupo de indígenas ingresan violentamente al mercado particularmente los domingos de feria, para exigir intimidatoriamente se les llene canastos y costas con los víveres y alimentos. preparados y luego se van sin pagar, las señoras que son citadinas, indígenas y campesinas, asustadas no pueden decir nada y se aguantan entre lágrimas la brutalidad indígena. El alcalde de Antonio Ante no interviene, ¿acaso también les tiene miedo?
Como no han sido ayudados por las autoridades locales, han tenido que quejarse ante los militares del Cuartel pertenecientes a la IV División del Ejército Amazonas para que detengan este latrocinio, los militares les han ofrecido custodio el mercado, los bienes y sus alrededores desde este lunes 13 de octubre, particularmente los domingos de feria, para evitar el abuso de estos malos ciudadanos, que con el pretexto del paro se han dedicado a robar los víveres a las señoras vendedoras.
¿Eso será reclamo justo?, ¿eso es revolución?, ¿eso es derecho? ¿Eso es actitud pacífica? No, de ninguna manera.
Otro ejemplo, en Atuntaqui hay fábricas, almacenes, tiendas, farmacias, todos trabajan constante y permanente, pero cada día y varias veces han sido interrumpidos por los indígenas, que caminan las calles principales con palos, en uno de los extremos tienen clavos, bajan y suben. raspando la calzada con actitud intimidatoria. Los fabricantes se han organizado pacíficamente con una red comunicacional, que cuando el encargado les avisa, todos interrumpen su trabajo y cierran los locales hasta que los saqueadores se vayan. A una joven motociclista, que estaba haciendo su trabajo, un día de la semana pasada la detuvieron estos sujetos y, por querer reventar sus llantas, los clavos de los palos fueron a dar en un pie, provocándole dolorosas y profundas heridas.
Otro ejemplo en Otavalo, los indígenas casi todos los días les roban los tanques de gas a los camiones repartidores sin pagar el costo del cilindro ni del contenido y van a repartir a los vecinos de las comunas a sus parientes y amigos, “parece tierra de nadie”. Alguien debe estar ordenando el pillaje.
La madrugada del domingo 13, por querer abrir la carretera para la marcha hacia Quito, los indígenas hicieron retroceder a los militares, usando lanzacohetes artesanales, también usaron piedras y palos, armas al fin. ¿Quién está financiando estos más de 22 días de paro?, cuesta mucho dinero. Lo cierto es que los dirigentes indígenas están siendo utilizados por personajes oscuros que pretenden derrotar a Daniel Noboa. El paro no es por otra razón y solo hay una persona detrás de esto, tiene nombre y apellido, Rafael Correa, acolitado por sus áulicos. Es fácil colegir, en el caso de Imbabura, con Prefecto y viceprefecta correístas, con alcaldes de Otavalo y Cotacachi, correístas, con Juntas parroquiales en su mayoría correístas. Por eso la dedicatoria brutal a esa provincia. En Quito, el alcalde, que también es correísta estuvo desaparecido el domingo, tenía la obligación de pacificar la marcha, que de ninguna manera fue pacífica. Todo está muy claro y encima del diálogo “exigen”.
Mercedes Regalado




