La colección pre-otoño de Armarium surgió de las necesidades cambiantes de su diseñadora Giorgia Gabriele, necesidades que, en muchos sentidos, reflejan las de cada mujer. “No me gusta la idea de tener un guardarropa de día y otro de noche, donde las piezas más especiales terminan colgadas en el armario después de usarse una sola vez”, dijo. Su objetivo es aportar continuidad a la estética de Armarium, alejándose de la confección rígida y diseñando cada pieza con una sensación de portabilidad verdaderamente versátil.
«La mujer que tengo en mente es muy consciente de quién es, pero no necesita piezas extremas para expresarse», explicó la diseñadora. En su visión, cada elección estilística tiene un propósito. Por eso los trenes son las claves de esta colección. Aparecen en prendas de abrigo, prendas de punto y camisas, resaltando el lado más distintivo de cada pieza y al mismo tiempo desdibujando los límites tradicionales entre funciones. En chaquetas y camisas utilitarias, la cola se puede reinventar como un chal drapeado o una capa que cambia las proporciones de la prenda mediante dos pequeños botones y una abertura. En denim, la cola se puede transformar en una falda que se lleva sobre unos vaqueros o en un top, mientras que en vestidos y jerseys se convierte en un pañuelo que se apoya ligeramente sobre los hombros.
Las líneas limpias y racionales siguen siendo fundamentales para la identidad de Armarium, aunque aquí adquieren un carácter más suave, fluido y dinámico. Las aberturas son otro tema recurrente y aparecen en blazers, abrigos, vestidos y faldas. Las texturas añaden movimiento y un toque de audacia: el pelo de caballo y el cuero brillante juegan con tejidos más tradicionalmente masculinos. Entre los nuevos elementos, los accesorios refuerzan la idea de versatilidad, desde la estructura refinada de la gorra Nour hasta la facilidad sin esfuerzo del bolso Eterna, ofrecido tanto en versión urbana como de fin de semana.




