Un aspecto poco considerado del paisaje de Londres es el hecho de que es el hogar de muchas de las diseñadoras más fuertes del mundo. Entre quienes mantienen estudios en la ciudad se encuentran Phoebe Philo, Stella McCartney, Sarah Burton, Clare Waight Keller, Roksanda Ilincic y Victoria Beckham. También comparten una posición generacional: alrededor de los 50 años, con muchos hijos entre ellos. Además: basados en décadas de experiencia laboral y vital, sin mencionar la inteligencia emocional y práctica sobre la ropa, estos son diseñadores que saben exactamente a quién visten.
El documental sobre cómo Victoria Beckham ha llegado a esta fase de su mejor momento como diseñadora se está proyectando en Netflix; ahora está en Estados Unidos promocionándolo. Los dramas y los obstáculos de sus años de startup crean momentos de incertidumbre hasta que alcanza el punto de confianza y concentración que exudan sus colecciones ahora. Una cosa que no ha cambiado: ella siempre está ahí para hablar sobre sus colecciones, tal como lo hizo desde el principio.
Su propuesta adulta gira en torno a los vestidos y la sastrería, una claridad perfeccionada a partir de los experimentos de los que habla cuando era niña y la temprana tutoría de Roland Mouret, quien le enseñó a cubrir su propio cuerpo; eso, y una conciencia de imagen fanática del control confesada, perfeccionada a partir de toda una vida de ser fotografiada desde todos los ángulos. Exacta pero relajada, su precolección equilibra el glamour con la practicidad, sin escatimar en diseño.
Cuando tienes un buen corte, ¿por qué tirarlo a la basura? La chaqueta VB es un testimonio característico de ello; está diseñado para leerse de gran tamaño, con mangas planchadas, pero en realidad se desliza hacia adentro para dar una sensación de cintura. Esta temporada, destaca el detalle desenfadado de un cuello italiano: una nota elegante de deconstrucción que añade empuje a una prenda impecable y a prueba de fallos.
En cuanto a la vestimenta, domina el complicado arte de la asimetría. Hay algo en el flujo líquido de las formas (satén, encaje o jersey) que recuerda vagamente a la década de 1930 (dijo que ha estado mirando a Marchesa Casati). La construcción muestra claramente cómo piensa ella del cuerpo en redondo: los dobladillos se hunden, un hombro queda al descubierto, una zona fruncida sujeta la cintura, una cortina tipo bufanda fluye por la espalda. Últimamente, Beckham ha estado practicando esto ella misma cuando está fuera de casa con su esposo y su familia y frente al rey Carlos. Grandiosa, pero bastante simple en efecto, es su propia apariencia la que irradia la confianza de una mujer adulta.




