
La ex vicepresidenta Cristina Kirchner continúa internada en el sanatorio Otamendi, donde el sábado 20 de diciembre se le practicó una cirugía por apendicitis. El nuevo parte médico conocido este lunes indica que presenta una «lenta recuperación del íleo posoperatorio« y ya comenzó a ingerir semisólidos.
«La paciente presenta una lenta recuperación del íleo posoperatorio. Se mantiene con drenaje peritoneal y tratamiento antibiótico endovenoso», precisa la información aportada desde el centro de salud.
Además, se precisó que la ex vicepresidenta ya Comenzó a ingerir semisólidos «con buena tolerancia». Hasta ahora Cristina Kirchner había mantenido una dieta a base de líquidos.
Por último, la parte médica que lleva la firma de Marisa Lanfranconidirector médico del Otamendi, indicó: «De no mediar complicación adicional, se mantiene la indicación de internación hasta la recuperación completa del cuadro abdominal, retiro del drenaje y finalización del tratamiento antibiótico».
Cristina Kirchner fue trasladada el sábado 20 de diciembre al sanatorio Otamendi desde su domicilio en la calle Constitución, donde cumple prisión domiciliaria, por un malestar en la zona del estómago que resultó ser un cuadro de apendicitis aguda con peritonitis localizada.
Desde entonces militantes se han reunido en la entrada del sanatorio, ubicado en el barrio de Recoleta, donde realizan vigilias para acompañar la recuperación de Cristina Kirchner.
el medico forenseMartiniano Parietti, se hizo presente este lunes en el sanatorio Otamendi para tomar conocimiento del estado de salud de Cristina Kirchner. En el informe remitido al juez sostuvo que la permanencia de la ex vicepresidenta en el centro de salud para tratamiento y seguimiento «resultados acorde al cuadro clínico que presenta y su duración dependerá de la evolución del mismo y de la respuesta al tratamiento instalado».
El pasado 24 de diciembre, el sanatorio informó por primera vez que la ex vicepresidenta presentaba «síntomas compatibles con íleo posoperatorio«.
el medico Lisandro Pereyramédico gastroenterólogo del Hospital Alemán, Fundador de Medios Digitales y consultor del Programa Nacional de Prevención del Cáncer Colorrectal explicó a Clarín que cuando se opera un apéndice o el intestino, “se maniobra el intestino y eso genera a veces una detención del tránsito del intestino. La infección y la peritonitis también a veces lo detectado”.
“Cuando hay un íleo posoperatorio – indicó- no es que se obstruye, no es que hay un área cerrada y que detiene el intestino, sino que solamente se paraliza el movimiento, se pone en detener el intestino, muchas veces porque se lo manipuló en la cirugía o por la misma infección”.
“A veces también lo que pasa en estas cirugías es que se dan analgésicos para que no duela tanto y los analgésicos tienen contenidos que frenan también un poco el intestino. Es una situación común después de un posoperatorio ver este íleo”, agregó.
Por su parte, Óscar Laudanno, jefe del Departamento de Gastroenterología del Instituto de Investigaciones Médicas Alfredo Lanari sostuvo un Clarín que la presencia de íleo “a dos o tres días de estar operada la paciente está indicando que algo no está dentro de lo que tendría que ser y obliga a tomar conducta, por ejemplo, haber hecho la tomografía”.
Entre los motivos por los cuales podrían aparecer un íleo posoperatorio, comentó, figuran los fármacos que se le administran al paciente. «En contexto de una cirugía uno siempre está muy atento a que no haya una complicación de la evolución propia de esa apendicitis que se operó ya con una peritonitis y que tiene complicaciones secundarias. Lo lógico es realizar la tomografía, antibiótico y estar ahí, muy atento, viendo qué pasa», indicó.




