En septiembre, el gobierno de Estados Unidos anunció un aumento extraordinario de financiación de 495 millones de dólares para colegios y universidades históricamente negros (HBCU) y colegios y universidades tribales (TCU). Esta es una buena noticia, pero no repara sus falta de financiación crónica.
Las trabas financieras de las universidades históricamente negras en Estados Unidos
En Estados Unidos, las HBCU educan al 1,5% de todos los estudiantes universitarios, pero reciben sólo el 0,9% de la financiación federal para investigación y desarrollo (I+D). Los datos reportados en 2024 muestran activos de dotación combinados de HBCU de alrededor de $100,000 por estudiante. Por el contrario, las diez universidades estadounidenses más ricas recibieron entre 2 y 7 millones de dólares por estudiante en 2023.
Como científico y administrador de Meharry Medical College, una institución privada de ciencias de la salud históricamente negra de 150 años de antigüedad en Nashville, Tennessee, con unos 1.500 estudiantes, he visto lo difícil que puede ser administrar con presupuestos escasos. Insto al gobierno a corregir los niveles de financiación. Mientras tanto, las HBCU y TCU pueden orientar sus inversiones, como lo ha hecho Meharry con cierto éxito.
Durante la última década, Meharry ha aumentado sus fondos para investigación y su producción académica mediante el uso de métricas para guiar el presupuesto y las inversiones. Hicimos un seguimiento de publicaciones y citaciones, subvenciones, premios, participación estudiantil, tasas de graduación y colocación profesional, uso de instalaciones, generación e intercambio de datos (cuántas muestras se procesaron, qué conjuntos de datos se produjeron y cómo se compartieron), colaboraciones de investigación y diversidad de investigadores. También ampliamos nuestro número de patrocinadores y supervisamos cómo se utilizaban los fondos.
Entre los períodos 2010-15 y 2020-25, aumentó el número de colaboraciones interdisciplinarias, tanto entre grupos de Meharry como con investigadores externos. El número de artículos con autores de Meharry indexados en la base de datos PubMed de literatura biomédica aumentó de 444 a 1.067.
Poner fin al racismo en la ciencia
Tres medidas sustentan este crecimiento. En primer lugar, establecimos subvenciones piloto transdisciplinarias de entre 50 000 y 75 000 dólares por miembro de la facultad con una duración de 12 a 18 meses (financiadas por fondos federales de investigación o fundaciones privadas) para sembrar ideas y apoyar al personal y la infraestructura básicos. Si bien mantuvimos los presupuestos para estudios en curso sobre cáncer, VIH y salud bucal, priorizamos nuevos proyectos en genómica, inflamación, inmunidad y salud cardiometabólica. También lanzamos dos nuevas escuelas: una en ciencias computacionales aplicadas, en 2021; y uno en salud global, en 2023.
En segundo lugar, invertimos en infraestructura para manejar, almacenar y analizar datos de forma segura. Establecimos procedimientos, incluidos algunos relacionados con el consentimiento humano y la soberanía de los datos, que cumplen con los estándares federales y de las naciones tribales. Los estudios que involucran participantes humanos deben diseñarse conjuntamente con miembros de la comunidad para garantizar que cualquier inquietud (por ejemplo, sobre privacidad, posible estigma o uso indebido de datos) se aborde desde el principio. Medidas como el intercambio previo de consentimiento de registros médicos electrónicos o notas clínicas pueden ayudar a acelerar el análisis del riesgo de enfermedad, la respuesta al tratamiento y las brechas en la atención, para informar los servicios y políticas que beneficien a la población local. Este enfoque transparente y respetuoso profundiza la confianza del público en la ciencia, especialmente entre las poblaciones marginadas durante mucho tiempo de la investigación.






