Lauren Pyéssin embargo, estaba buscando piezas raras de la época mucho antes del revuelo. Pyes, que reside en Boston y trabaja en asuntos de exalumnos en la Universidad de Harvard, ha cultivado una profunda admiración por el diseñador, lo que equivale a un archivo cuidadosamente curado de casi 60 piezas de su trabajo más icónico para Louis Vuitton.
«Hay una cierta irreverencia en todo lo que hace Marc Jacobs», dice. Moda de su conexión con su visión. «Me encanta cómo sus artículos me permiten salir al mundo, habitar el entorno de trabajo bastante conservador en el que tengo una carrera y aún así sentir que hay algo diferente y elevado en mi forma de vestir. Sus diseños tienen un toque de tontería, sin ser disfrazados».
Pyes se enamoró por primera vez del trabajo de Jacobs durante un viaje a París cuando tenía 16 años. Lo más destacado, reflexiona, fue visitar el buque insignia de Louis Vuitton en los Campos Elíseos, donde se primavera de 2007 La colección acababa de llegar. “La vista de un par de sandalias con una cuña arquitectónica recortada que parecía tener una lámina de oro envuelta sobre el talón, hizo que mi corazón se acelerara», dice. Aunque permanecieron en la tienda («a pesar de las súplicas y el apasionado razonamiento, fue una decisión racional de mis padres», agrega), su curiosidad se despertó. «El hermoso y suave romanticismo de esa temporada me llevó a explorar lo que había sucedido antes», dice, como el grunge de otoño de 2006 y colaboraciones con Murakami y (Esteban) Sprouse.
Su búsqueda de bienes enrarecidos es meticulosa y deliciosamente impredecible. Explora plataformas de reventa, servicios de proxy y cuentas de redes sociales y, en ocasiones, contrata a un buscador profesional para localizar hallazgos difíciles de conseguir. Sobre los extremos a los que puede llegar para conseguir un artículo, admite: «Probablemente debería ser vaga, pero digamos que hay algo en mi armario que recientemente busqué en un país con el que Estados Unidos tiene actualmente sanciones comerciales». Esa dedicación es evidente en la amplitud de su colección, que incluye los vestidos de “Nurse” y máscaras faciales a juego de primavera de 2008 y un look más a cuadros amarillo y blanco de primavera 2013. Cada pieza, desde lo teatral hasta lo discreto, desde lo que hace declaraciones hasta los pequeños toques, se ve como un portal al mundo de Jacobs.







