«Hubo quejas sucesivas de los trabajadores con respecto al nivel de tensión en los cables de apoyo de los funiculares», dijo Manuel Leal, jefe del sindicato que representa a los trabajadores de transporte público de la capital. «Debe haber una investigación exhaustiva sobre este desastre».
Los empleados también vincularon el accidente con recortes presupuestarios más amplios. Moedas fue criticado Por los políticos de la oposición el año pasado después de que su administración había redirigido a millones de euros en efectivo público de Carris para financiar la Conferencia de Tecnología de la Cumbre Web. Autoridades municipales más tarde insistido que el presupuesto de la Autoridad de Tránsito Público no había sido alterado porque el efectivo de la UE se había utilizado para compensar los fondos redirigidos.
El choque tuvo lugar al final de la tarde, cuando uno de los cables que remolera los coches de tranvía por la empinada colina Glória se rompió. El vehículo, que transportaba a varias docenas de pasajeros, aceleró la pendiente antes de estrellarse contra un edificio en la parte inferior.
Las autoridades dijeron el jueves que casi todas las víctimas «tienen apellidos extranjeros» y se supone que son turistas. Además de las muertes, el accidente dejó a 23 pasajeros gravemente heridos, cinco de los cuales están en estado crítico. Después del desastre, el gobierno de Portugal declaró el jueves como un día de duelo nacional, con dos días adicionales de duelo oficial que se observan en la capital.
El funicular de Glória, en funcionamiento desde 1885, fue construido originalmente para llevar a los residentes desde la baja Plaza Rossio hasta el vecindario Bairro Alto, pero a medida que Lisboa se ha convertido en una meca turística, los visitantes extranjeros se han convertido en sus principales clientes. Es común ver largas filas de personas influyentes que esperan tomar fotos en sus ferrocarriles, que han sido reconocidos como monumentos nacionales Desde 2002.
Las autoridades municipales han suspendido provisionalmente el servicio en las cinco líneas funiculares de la capital, mientras que los técnicos revisan la infraestructura.




