
Estas observaciones, junto con la reciente interrupción de AWS, han llevado a muchas organizaciones a repensar sus estrategias. La falla de AWS fue una llamada de atención para muchas empresas que tienen la mayoría o todas las cargas de trabajo en un único entorno de nube pública. Las interrupciones resultantes expusieron la fragilidad de una arquitectura demasiado centralizada y empujaron a los líderes empresariales y de TI a buscar soluciones más sólidas.
El cambio hacia la diversificación
Hoy en día, los entornos de nube híbrida y multinube forman la base de las estrategias de nube más prácticas y resilientes. La diversificación de los recursos de la nube ayuda a las empresas a elegir las mejores herramientas para cargas de trabajo específicas. Las configuraciones híbridas permiten que las cargas de trabajo se ejecuten en nubes públicas, nubes privadas y centros de datos. Esto evita el bloqueo de datos, distribuye el riesgo, aumenta el tiempo de actividad y permite a las organizaciones adaptarse rápidamente a los cambios del mercado.
Esta tendencia no es sólo un plan de contingencia para cortes; también sienta las bases para un uso más inteligente de la nube. En lugar de migrar todo a la nube, las empresas están averiguando qué cargas de trabajo deben ir a cada lugar. Algunas aplicaciones y datos requieren la elasticidad y escalabilidad de la infraestructura de la nube pública, mientras que otros (sistemas altamente sensibles o de latencia crítica) se benefician de permanecer en las instalaciones. Este enfoque medido refleja una comprensión más madura de la promesa de la nube, lo que permite a las organizaciones maximizar el valor de sus inversiones.




