diverticulitis es una condición que afecta el tracto digestivo, específicamente el colon. Es un problema común, especialmente entre los adultos mayores, pero muchos aún lo malinterpretan. Este blog tiene como objetivo proporcionar una descripción general completa de la diverticulitis, cubriendo sus causas, síntomas, diagnóstico, opciones de tratamiento y medidas preventivas. Al final, comprenderá más claramente esta afección y cómo controlarla de forma eficaz.
¿Qué es la diverticulitis?
La diverticulitis ocurre cuando las bolsas pequeñas y abultadas (divertículos) que pueden formarse en el revestimiento del sistema digestivo se inflaman o infectan. Estas bolsas son más comunes después de los 40 años y suelen aparecer en la parte inferior del intestino grueso (colon). Si bien tener divertículos solos se conoce como diverticulosis, la afección se convierte en diverticulitis cuando estas bolsas se inflaman o infectan.
Diverticulosis versus diverticulitis
Diverticulosis:
Esto se refiere a la presencia de divertículos en el colon. Muchas personas con diverticulosis son asintomáticas y es posible que nunca sepan que la tienen a menos que se descubra durante un chequeo de rutina o una investigación por otro problema.
Diverticulitis:
Esto ocurre cuando uno o más de estos divertículos se inflaman o infectanlo que provoca síntomas importantes y posibles complicaciones.
Causas de la diverticulitis
No se comprende del todo la causa exacta de la diverticulitis, pero se cree que varios factores contribuyen a su desarrollo:
Dieta:
Una dieta baja en fibra se considera un factor de riesgo importante. La fibra ayuda a mantener las heces blandas y reduce la presión sobre el colon. La falta de fibra provoca heces más duras, lo que puede aumentar la presión dentro del colon y contribuir a la formación de divertículos.
Envejecimiento:
A medida que las personas envejecen, las paredes del colon pueden debilitarse, lo que facilita la formación de divertículos.
Genética:
Existe cierta evidencia que sugiere que los antecedentes familiares de diverticulitis pueden aumentar su riesgo.
Obesidad:
El sobrepeso se asocia con un mayor riesgo de diverticulitis.
Falta de ejercicio:
La actividad física regular ayuda a mantener una función intestinal saludable y un estilo de vida sedentario puede contribuir al desarrollo de diverticulitis.
De fumar:
Los fumadores pueden tener un mayor riesgo de desarrollar diverticulitis en comparación con los no fumadores.
Síntomas de diverticulitis
Puntos de diverticulitis
Dolor abdominal:
A menudo, el síntoma más común, que generalmente se siente en la parte inferior izquierda del abdomen. El dolor puede ser repentino y severo, o puede comenzar leve y empeorar durante varios días.
Fiebre:
Una temperatura corporal elevada es común, lo que indica una infección.
Náuseas y vómitos:
Estos síntomas suelen acompañar a dolor abdominal y fiebre.
Cambios en los hábitos intestinales:
Estos pueden incluir estreñimiento, diarrea o necesidad frecuente de orinar.
Hinchazón y gases:
Sensaciones generales de abdomen. malestar.
Pérdida de apetito:
Disminución del deseo de comer debido al malestar y otros síntomas.
En casos severos pueden ocurrir complicaciones como abscesos, fístulas u obstrucciones en el colon, que requieren atención médica inmediata.
Diagnóstico de diverticulitis
Si experimenta síntomas de diverticulitis, es importante buscar atención médica. El diagnóstico suele implicar varios pasos:
Historial Médico y Examen Físico:
Su médico revisará su historial médico y realizará un examen físico, centrándose en el abdomen para detectar sensibilidad.
Análisis de sangre:
Estos pueden ayudar a identificar signos de infección, como un nivel elevado recuento de glóbulos blancos.
Pruebas de Imagen:
Una tomografía computarizada es la prueba de imagen más común utilizada para diagnosticar la diverticulitis. Puede revelar bolsas inflamadas o infectadas en el colon y ayudar a determinar la gravedad de la afección.
Colonoscopia:
Si bien no suele usarse para diagnosticar un ataque agudo de diverticulitis, se puede realizar una colonoscopia después del tratamiento para descartar otras afecciones y evaluar el alcance de la diverticulosis.
Opciones de tratamiento para la diverticulitis
El tratamiento de la diverticulitis depende de la gravedad de los síntomas y de la presencia de complicaciones.
Diverticulitis leve
Para los casos leves, el tratamiento suele implicar:
Antibióticos:
Estos se recetan para tratar la infección. Los antibióticos comunes incluyen metronidazol combinado con ciprofloxacina o amoxicilina-clavulanato.
Cambios dietéticos:
Inicialmente se puede recomendar una dieta de líquidos claros para permitir que el colon sane. A medida que los síntomas mejoran, se recomienda volver gradualmente a una dieta regular, comenzando con alimentos bajos en fibra y aumentando gradualmente la ingesta de fibra.
Analgésicos:
Los analgésicos de venta libre, como el paracetamol, pueden ayudar a controlar el malestar. Generalmente se evitan los medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE), ya que pueden aumentar el riesgo de complicaciones.
Diverticulitis grave
La diverticulitis grave o complicada puede requerir un tratamiento más intensivo, que incluye:
Hospitalización:
Esto puede ser necesario para antibióticos y líquidos intravenosos si los antibióticos orales son insuficientes.
Cirugía:
Si hay complicaciones como abscesos, perforaciones u obstrucciones importantes, es posible que se requiera cirugía para extirpar la parte afectada del colon. Los tipos de cirugía incluyen:
Resección intestinal primaria:
Se extirpa la parte enferma del intestino y se vuelven a conectar las secciones sanas. Esto a menudo se puede hacer mediante cirugía mínimamente invasiva (laparoscópica).
Resección intestinal con colostomía:
Si hay demasiada inflamación para volver a conectar el colon, se puede realizar una colostomía temporal. Esto implica crear una abertura (estoma) en la pared abdominal para desviar los desechos hacia una bolsa de colostomía. La colostomía generalmente se revierte una vez que la inflamación ha sanado.
Prevención de la diverticulitis
Si bien no siempre es posible prevenir la diverticulitis, varios cambios en el estilo de vida pueden ayudar a reducir el riesgo:
Dieta rica en fibra:
Consumir una dieta rica en fibra puede ayudar a prevenir el estreñimiento y reducir la presión sobre el colon.
Hidratación:
Beber muchos líquidos ayuda a mantener las heces blandas y más fáciles de evacuar.
Ejercicio regular:
La actividad física regular apoya la función intestinal saludable y ayuda a prevenir el estreñimiento.
Peso saludable:
Mantener un peso saludable mediante dieta y ejercicio puede reducir el riesgo de desarrollar diverticulitis.
Evita fumar:
Dejar de fumar puede reducir el riesgo de diverticulitis y otros problemas de salud.
Responda a los impulsos intestinales:
No retrase las deposiciones, ya que retener las heces puede aumentar la presión sobre el colon.
Vivir con diverticulitis
Para aquellos diagnosticados con diverticulitis y ed son iguales, controlar la afección implica una combinación de tratamiento médico y ajustes en el estilo de vida. A continuación se ofrecen algunos consejos para vivir con diverticulitis:
Siga los consejos médicos:
Siga las recomendaciones de su médico con respecto a medicamentos, dieta y citas de seguimiento.
Controle sus síntomas:
Lleve un registro de sus síntomas y busque atención médica si empeoran o se desarrollan nuevos síntomas.
Mantenga una dieta saludable:
Aumente lentamente su consumo de fibra incorporando una amplia gama de alimentos ricos en fibra a su dieta. Evite los alimentos que puedan desencadenar síntomas, como las nueces, las semillas y las palomitas de maíz, aunque estudios recientes sugieren que es posible que no sea necesario evitar estos alimentos.
Mantente hidratado:
Beba mucha agua durante el día para ayudar a mantener las heces blandas.
Mantenerse activo:
Incorpore actividad física regular a su rutina para promover la salud general y la función digestiva.
Conclusión
La diverticulitis es una afección común que puede causar importantes molestias y complicaciones si no se trata adecuadamente. Al adoptar una dieta rica en fibra, mantenerse hidratado, hacer ejercicio con regularidad y seguir los consejos médicos, las personas pueden reducir el riesgo de diverticulitis y controlar la afección de manera más efectiva si ocurre.
Si sospecha que tiene diverticulitis o experimenta síntomas, consulte a un profesional de la salud para una evaluación exhaustiva y el tratamiento adecuado. Recuerde, un enfoque proactivo de su salud es la mejor manera de adelantarse a la diverticulitis.




