El periodo alejandrino se extiende desde el 336 a. C., año en el que Alejandro Magno Conquistó la ciudad de Tebas, hasta el año 30 a. C., en el cual Egipto pasó a ser provincia romana. Ptolomeo I Soter fue uno de los generales del conquistador macedonio y el fundador de la dinastía de los Lágidas, que reinó durante tres siglos en Egipto. Ptolomeo se convirtió en Alejandría en la capital de Egipto, transformándola en un centro comercial y desbancando a Atenas como foco cultural. Ptolomeo Mandó construye el Museion (280 a. C.), el principal centro de difusión de la medicina griega.; junto a él se encontraba la célebre biblioteca de alejandría. Durante su reinado también se construyó el faro de Alejandría, una de las siete maravillas de la Antigüedad.
En el siglo iii a. C. la escuela alejandrina alcanzó su apogeo y en ella brillaron con luz propia dos grandes figuras: Herófilo de Calcedonia y Erasístrato. En esta escuela comenzó la medicina a tener una base científico-natural, en la que el médico dejaba de ser un filósofo especulativo y se convertía en un médico-científicocon formación anatómica y fisiológica.

El primer anatomista
Herófilo es considerado el primer anatomista de la historia. Nació en el siglo iv a. C. y fue discípulo de Praxágoras. Sabemos que realizaron numerosas disecciones de cadáveres humanos y vivisecciones en los condenados a muerte, lo cual le permitió realizar importantes aportaciones anatómicas.
Efectuó descubrimientos importantes en el sistema nervioso y afirmó que el cerebro era la sede de las funciones mentales. Distinguió por vez primera los nervios de los tendones, así como los nervios sensibles de los motores. A él debemos la primera descripción de los plexos coroideos y del IV ventrículo. En su honor a la confluencia de los senos cerebrales se le sigue denominando prensa de Herófilo. Herófilo también estudió la anatomía del globo ocular, donde distinguió la córnea, la coroides y la retina. Se interesó por el aparato digestivo, demostró que las venas intestinales terminan en el hígado y dio nombre al duodeno.

El primer patólogo
Erasístrato de Ceos postuló que el mecanismo etiopatogénico más importante era la plétora, el exceso de sangre y de materias alimentarias en las venas, que provocaba que las venas se hinchasen y acabaran rompiéndose. Cuando un órgano se volvió a pletórico impidió la entrada de aire (pneuma) en las arterias, lo que hacía que funcionase de forma incorrecta. Para Erasístrato, la pletora era la responsable de la aparición de fiebre e inflamación.
Erasístrato fue el autor de dos obras de anatomíade las cuales tan solo conservamos fragmentos. Fue especialmente importante su estudio del sistema biliar, llegando a descubrir el colédoco (conducto de colédoco), conductor encargado de recoger la bilis del hígado y conducirla hasta el duodeno.
Oposición a la teoría de los humores.
Como es fácil de comprender, Erasístrato se opuso con firmeza a la teoría de los humores y defendió el origen de la enfermedad desde un punto de vista mecánico (concepción mecanicista). La plétora impide la entrada del pneuma y, por lo tanto, provoca la degradación del órgano. Por este motivo es considerado el primer patólogo de la historia.
Sus estudios en cadáveres le hicieron deducir que las arterias se encontraban exangües, por lo que pensaba que por ellas debían fluir aire y no sangre. Entonces, ¿Por qué cuando nos hacemos una herida venta sangre? Según Erasístrato, porque la sangre ha penetrado en las arterias y ha desplazado al aire.
Este médico postuló, además, que había un sistema intermedio entre las arterias y las venas, al que llamaron sinanastomosis, y al que siglos después Malpighi denominaría capilares.

Funcionamiento innato
Para erasístrato la sangre se formaba en el hígado a partir de los alimentos digéridos y posteriormente era conducida desde el estómago hasta el ventrículo derecho. Gracias a la contracción cardíaca, la sangre era bombeada hacia los pulmones, y eran las propias válvulas cardíacas las que impedían que regresarase nuevamente al corazón. Afirmó que este órgano funcionaba de forma innatacomo un combustible, expandiéndose para atraer la sangre o pneuma hasta él, y contrayéndose para expeler la sangre a las venas y el pneuma a las arterias.
Por último, a él debemos el descubrimiento de la epiglotis, corrigiendo el error que se había arrastrado hasta ese momento de creer que los líquidos ingéridos pasaban al pulmón para ser refrigerados.




