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El alcalde de Lleida, el socialista Fèlix Larrosa, ha perdido el último día del 2025 la cuestión de confianza en el pleno municipal del Ayuntamiento que él mismo convocó, después de que ningún grupo de la oposición apoyara sus presupuestos para 2026 el pasado 23 de diciembre. Han votado en contra de los 18 concejales de la oposición ya favor de los 9 del PSC. La votación abre el plazo de un mes para que los grupos de la oposición presenten una moción de censura contra Larrosa o para la aprobación automática de los presupuestos, una vía que en las últimas semanas han seguido otros alcaldes de destacadas ciudades catalanas, como Barcelona o l'Hospitalet de Llobregat.
Tras perder la cuestión de confianza Larrosa ha pedido a los concejales una “reflexión colectiva” durante los próximos meses. “Y sobre las reflexiones que hayan hecho y las que haya hecho yo, en febrero anunciaré qué decisiones tomó a efectos de resurgir y reprogramar, replantear y mejorar la acción de gobierno”, ha afirmado.
Larrosa usa la misma vía que los alcaldes de Barcelona o l'Hospitalet para sacar adelante las cuentas
La portavoz del Comú de Lleida, Laura Bergés, ha criticado la falta de voluntad del PSC para intentar llegar a un acuerdo presupuestario pese a gobernar en minoría, el retraso medioambiental y la recuperación de un plan de ordenación municipal con grandes operaciones urbanas basado en el ladrillo para mejorar los barrios sin actuar en políticas de inclusión.
Gloria Rico (Vox) ha calificado el modelo de ciudad que presenta Larrosa de “socialismo casposo”.
Desde Junts, la formación que había apoyado a Larrosa en los presupuestos de los dos años anteriores, Violant Cervera, ha insistido en que el alcalde ha utilizado la cuestión de confianza para aprobar las cuentas de forma unilateral, sin debatirlas. “La aprobación automática de las cuentas –ha remarcado– es solo un punte contable; a partir de ahora tendrá que negociar el contenido de las cuentas día a día con el resto de formaciones”.
Jordina Freixanet (ERC) ha criticado el victimismo del alcalde, su negativa a negociar y “la deriva hacia pactos con la derecha”. En una segunda intervención, ha utilizado la metáfora del baile a la hora de buscar alianzas: . “Nosotros somos de sardana, de hacer círculo y gobernar colectivamente”, ha afirmado.
El jefe de la oposición, el popular Xavi Palau, ha insistido en que el fracaso de la cuestión de confianza muestra “que hay un gobierno en minoría, que hay una debilidad política, que ha fracasado el diálogo y, en definitiva, que se ha convertido el presupuesto no en una herramienta de servicio a la ciudadanía sino de presión política”.
Todos los grupos dan por sentado que no habrá acuerdo para liderar una moción de censura, lo que hará que los presupuestos se aprueben automáticamente. Así lo ha dado por hecho también la teniente de alcaldía Cristina Morón porque en la ciudad “no existe alternativa de gobierno”.
Para articular una alternativa haría falta que el nuevo candidato contara con la mayoría del pleno, 14 concejales, lo que solo podría ocurrir con la suma de votos de PP, ERC y Junts. Cada grupo tiene cinco concejales.




