El misil Oreshnik lanzado el martes aparentemente despegó de la base rusa de cohetes Kapustin Yar, a unos 800 kilómetros de Dnipro, muy lejos de los intensos combates.
Esta es la primera vez que se utiliza un IRBM en combate. El Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio, ratificado por Estados Unidos y la Unión Soviética en 1988, prohibió los IRBM lanzados desde tierra. Estados Unidos se retiró del tratado en 2019 bajo la primera administración Trump, alegando incumplimiento por parte de Rusia. En ese momento, funcionarios estadounidenses señalaron que China, que no era signataria del tratado, poseía más de 1.000 IRBM en su arsenal.
Putin dijo que las defensas aéreas occidentales no son capaces de destruir el misil Oreshnik en vuelo, aunque esta afirmación no puede ser verificada. Dijo que Rusia advertiría a Ucrania antes de ataques con misiles similares en el futuro para permitir que los civiles escapen de las zonas peligrosas.
Los misiles Oreshnik alcanzan sus objetivos a velocidades de hasta Mach 10, o de 2,5 a 3 kilómetros por segundo, dijo Putin. «Los sistemas de defensa aérea existentes en todo el mundo, incluidos los que está desarrollando Estados Unidos en Europa, no pueden interceptar tales misiles».
¿Una guerra mundial?
Quizás en la parte más escalofriante de sus comentarios, Putin dijo que el conflicto en Ucrania está “adquiriendo dimensiones globales” y dijo que Rusia tiene derecho a usar misiles contra países occidentales que suministran armas a Ucrania para usarlas contra objetivos rusos.
«En caso de una escalada, responderemos con decisión y de la misma manera», dijo Putin. «Aconsejo a las élites gobernantes de aquellos países que planean utilizar sus fuerzas militares contra Rusia que consideren esto seriamente».
El cambio en la doctrina nuclear autorizado por Putin a principios de esta semana también reduce el umbral para el uso de armas nucleares por parte de Rusia para contrarrestar un ataque convencional que amenace la “integridad territorial” rusa.
Esto parece haber sucedido ya. Ucrania lanzó una ofensiva en la región rusa de Kursk en agosto, tomando el control de más de 1.000 kilómetros cuadrados de territorio ruso. Las fuerzas rusas, asistidas por tropas norcoreanas, están llevando a cabo una contraofensiva para intentar retomar el territorio.
Singh calificó la invitación de Rusia a las tropas norcoreanas como «escalada» y dijo que Putin podría «elegir poner fin a esta guerra hoy».
Los funcionarios estadounidenses dicen que las fuerzas rusas están sufriendo unas 1.200 muertes o lesiones por día en la guerra. En septiembre, The Wall Street Journal informó que fuentes de inteligencia estadounidenses estimaban que un millón de ucranianos y rusos habían muerto o habían resultado heridos en la guerra.
La Oficina de Derechos Humanos de la ONU informó más recientemente que 11.973 civiles han sido asesinados, incluidos 622 niños, desde el inicio de la invasión rusa a gran escala en febrero de 2022.
“Advertimos a Rusia en 2022 que no hiciera esto, y lo hizo de todos modos, por lo que eso tiene consecuencias”, dijo Singh. “Pero no queremos que esto se convierta en un conflicto regional más amplio. No buscamos la guerra con Rusia”.
Esta historia apareció originalmente en Ars Técnica.
