El derbi de Fornals y el escándalo

Sevilla es verdiblanca y lo será durante mucho tiempo después de un derbi que dominaron la calidad de Pablo Fornals y el planteamiento perfecto de Manuel Pellegrini, capaz por enésima vez de sobreponerse a bajas de futbolistas supuestamente cruciales (Isco, Antonio, Lo Celso, Amrabat…) para madurar el partido primero y dar los zarpazos suficientes después. Un derbi, también, que rozó el escándalo total ante el lanzamiento de objetos desde la grada. Munuera Montero, el jiennense que arbitro de manera impecable en esta primera gran experiencia de regionalidad, amagó reglamento en mano con finalizar el duelo antes de tiempo. Finalmente, y tras suspenderse durante 15 minutos, se pudo concluir.

Todo, es verdad, ante un equipo de Nervión capaz de demostrar otra vez, en el escenario. menos conveniente para él, que se ha empobrecido hasta el extremo de no competir en ningún momento un partido de máxima rivalidad. Casi ni le hizo cosquillas este Sevilla al Betis, por culpa quizás también de sus bajas (Vargas y Suazo)pero sobre todo por la baja calidad que dispone en el resto de su plantilla y porque Matías Almeydaeso es así, tiene que entrenar todavía muchos partidos de élite para parecerse al Ingeniero. En el Betis, menos mal, se han dado cuenta: no tenía sentido no renovar a Pellegrini un año más. Y mil.

Sabe más el diablo que por viejo que por diablo y en el fútbol hay que echarle cuenta a los imparciales. Pablo Fornals volvió a demostrar porque manuel insistió tanto en su fichaje y por qué insiste, a pesar de tener otros jugadores de su perfil, en colocarle tantas veces como titular incluso como doble pivote. También, por qué luis de la fuente le recuperó para la última convocatoria de la Roja. Si sigue a este nivel, Pablo. irá entre los 26 del Mundialseguro.

Sorprendió el técnico verdiblanco con la presencia en el once del prometedor Pablo García en el lugar de Antonioy también con el colombiano Deosa en el centro del campo. Ninguno de los dos le dio razones para tanto. Almeyda optó por lo previsible en defensa: Azpilicueta de central diestro, Carmona como lateral en el perfil zurdo. agoumé no debe de estar todavía para 90 minutos porque se quedó en el banquillo.

Hablaba Pablo Alfaro en la previa de As de los derbis de comienzos de siglocon más lio que futbol, y salió uno de esos. Faltas, pérdidas, balones largos, escasísimo juego durante la primera mitad y locura final. Con más movida, tifo blanquirrojo incluido, en la grada que en el campo. A la primera parte apenas se le pueden arrancar momentos de peligro que reseñar. El que más, una galopada de abde a la que respondió Odysseas con un buen rechazo, que luego echó fuera Fornals. En el Sevilla lo intentaba Ejukecapaz de madrugar a menudo a Valentín Gómez. En dos de esas ocasiones, sus buenos centros se quedaron sin rematador.

La entrada de Kike Salas por lesión de Marcao no apuntaba a cambiar demasiado con el inicio de la segunda mitad. Se intuía que una pifia o una genialidad cambiarían el signo del partido y ocurrieron ambas cosas: Mendy se dejó robar la pelota por Fornals y el castellonense se inventó el restocon un par de magníficos recortes y un disparo a contrapié para batir a Odiseas (0-1, 55′).

A este Sevilla no hace falta demasiado para dejarle KO y por momentos el Betis ameazó con ampliar la cuenta, con Pablo García chutando escorado pero solo ante el portero y tres jugadas sin remate, pero muy peligrosas, del propio Fornals, Abde y Cucho. En medio de la evaluación sevillista ya pesar (o gracias) a los cambios de Matías Almeyda, con Alexis e Isaac ya en el campo, Altimira se aprovechó (0-2, 67') del rebote en una falta y amplió el marcador de manera definitiva.

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El Sevilla hacia más aguas aúnpero Adams la mandó al palodesviado por un defensor, cuando parecía más fácil meterla. El cuadro sevillista lo ensamblado Isaac Romero, ya en el campo, autoexpulsándose con una patada absurda a Valentín Gómez. El lanzamiento de objetos generalizado desde Gol Norte, lugar de los birisacabó por cargarse de todo el fútbol. Una grada, o parte de ella, desquiciada, que era la viva imagen de su equipo, de su club. La impotencia, también ante un Betis que le ha dado, ahora sí, la vuelta a la tortilla.

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