El tribunal de apelaciones holandés está de acuerdo en que Shell debe actuar para proteger el clima, pero rechaza el recorte de emisiones estipulado.
Un tribunal holandés se puso del lado de Shell en su apelación contra un fallo anterior según el cual estaba obligada a reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero para ayudar a prevenir el cambio climático.
Un tribunal de apelaciones de La Haya desestimó el martes el fallo, diciendo que la compañía de petróleo y gas está en camino de cumplir los objetivos de emisiones que se ha fijado y que no está claro si reducir las emisiones causadas por sus productos ayudaría a luchar contra cambio climático.
El veredicto llegó un día después la cumbre climática COP29 abierto. El evento anual de las Naciones Unidas, organizado por Azerbaiyán, se inauguró el lunes en medio de advertencias de que 2024 está en camino de batir récords de temperatura.
El tribunal de distrito de La Haya dictaminó hace tres años que el gigante británico-holandés del petróleo y el gas debería reducir sus emisiones absolutas de carbono en un 45 por ciento para 2030 en comparación con los niveles de 2019, incluidas las emisiones causadas por el uso de sus productos.
El tribunal dijo que está de acuerdo en que Shell debe reducir las emisiones de carbono, pero que no pudo determinar el alcance de los recortes.
Se señaló que el año pasado las emisiones del propio proceso de producción de Shell estuvieron un 31 por ciento por debajo de los niveles de 2016 y agregó que la compañía apunta a una reducción del 50 por ciento para 2030.
La protección contra el calentamiento global es un derecho humano básico, dijo el juez, lo que significa que empresas como Shell tienen la obligación de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y que los tribunales pueden ordenarles que aceleren las políticas climáticas.
“Los productos de empresas como Shell han causado el problema climático. Estas empresas tienen la obligación de respetar los derechos humanos con todos en el mundo de reducir sus emisiones de CO2”, dijo la jueza presidenta Carla Joustra.
Sin embargo, añadió que establecer objetivos específicos de reducción podría tener un efecto adverso si, por ejemplo, dichos límites impidieran a las empresas vender gas a un cliente que actualmente utiliza carbón.
El fallo original de 2021 marcó la primera vez en la historia que se descubrió que una empresa estaba legalmente obligada a alinear sus políticas con el Acuerdo Climático de París. Desencadenó una serie de demandas de activistas climáticos contra otras empresas de combustibles fósiles.
El marco internacional de 2015 firmado en París tiene como objetivo disminuir las emisiones de carbono para limitar el aumento promedio de la temperatura global a entre 1,5 y 2 grados Celsius (2,7 a 3,6 grados Fahrenheit) para frenar el potencial efectos devastadores del cambio climático.
Shell trasladó su sede al Reino Unido a raíz del fallo, ya que el fallo del tribunal de distrito de La Haya sólo es jurídicamente vinculante en los Países Bajos.
La empresa había argumentado que la sentencia perjudicaría su negocio, sin ofrecer ninguna ventaja en la lucha contra el efectos adversos del cambio climático.
Se cree que más de las tres cuartas partes de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero son causadas por la quema de combustibles fósiles.




