«Queremos ver más reformas, más impulso y más acciones», dijo a McGrath el legislador sueco de centroderecha Tomas Tobé, que dirige el informe del Parlamento sobre el asunto.
El Escudo Europeo de la Democracia fue presentado el 12 de noviembre como respuesta a la creciente intromisión de Rusia en el bloque. En los últimos meses, Europa ha estado inundada de amenazas híbridas. Los servicios de seguridad vincularon las interrupciones ferroviarias en Polonia y los países bálticos con saboteadores vinculados a Rusia, mientras que los inexplicables sobrevuelos de drones han paralizado los servicios públicos en Bélgica y han investigado sitios de infraestructura críticos en los países nórdicos.
Al mismo tiempo, las campañas de influencia pro-Kremlin han promovido videos falsos y han fabricado escándalos y narrativas divisivas antes de las elecciones en Moldavia, Eslovaquia y en toda la UE, utilizando a menudo intermediarios locales para enmascarar sus orígenes.
En conjunto, estas tácticas conforman una campaña de presión que, según funcionarios de seguridad europeos, está diseñada para agotar las instituciones, socavar la confianza y estirar las defensas de Europa.
El Escudo de la Democracia fue una promesa clave que hizo la presidenta Ursula von der Leyen el año pasado. Pero la estrategia real presentada este mes carece de fuerza y de acciones concretas, y no logra enfrentar el desafío, dijeron los opositores.
Si bien está “llena de nuevas formas de intercambiar información”, la estrategia no presenta “otras propuestas verdaderamente nuevas o efectivas para tomar medidas”, dijo van Sparrentak, el legislador holandés de los Verdes.




