
El presidente serbio, Aleksandar Vučić, advirtió que las protestas antigubernamentales en curso pronto podrían conducir a asesinatos en las calles si la violencia continúa sin control.
Describió los inquietud crecientes como un signo de debilidad entre los manifestantes y prometió medidas decisivas para castigar a los involucrados en disturbios.
Vučić enfatizó que su administración resistiría las presiones externas y prevalecería contra los intentos de desestabilizar el país.
Los enfrentamientos recientes han marcado una fuerte escalada en las protestas, con los manifestantes que prestan fuego a las oficinas de la fiesta progresista serbia (SNS) en ciudades como Valjevo y Novi Sad.
La policía respondió con gases lacrimógenos, bastones y granadas de aturdimiento, lo que resultó en lesiones a docenas de oficiales y manifestantes, así como múltiples arrestos.
Los videos que circulan en las redes sociales mostraron casos de presunta brutalidad policial, aunque las autoridades han negado estas afirmaciones.
Las protestas se originaron en el colapso parcial del dosel de la estación de ferrocarril Novi Sad el 1 de noviembre de 2024, que cobró 16 vidas y fue atribuida por muchos a negligencia y corrupción en trabajos de renovación.
La estación, construida originalmente en 1964, se sometió a renovaciones entre 2021 y 2023, y los funcionarios lo declararon en pleno funcionamiento en julio pasado.
En respuesta, las autoridades han lanzado sondas de la oficina del fiscal de Novi Sad High para una posible corrupción durante la revisión de la estación.
El ex ministro de construcción Goran Vesić renunció pero negó la responsabilidad personal, mientras que el alcalde de Novi Sad, Milan đurić, y el ex primer ministro Miloš Vučević renunciaron en enero de 2025.
Un nuevo primer ministro y gabinete fueron elegidos por el Parlamento el 16 de abril de 2025.
Los manifestantes han exigido responsabilidad por la tragedia, incluida la publicación de todos los documentos de renovación relacionados y la liberación de estudiantes y educadores detenidos.
También buscan un aumento del 20 por ciento en el presupuesto de educación superior, las elecciones parlamentarias de SNAP antes de la fecha programada de 2027 y reformas para garantizar registros justos de votantes y acceso a los medios.
El gobierno sostiene que se han abordado las demandas clave, lo que hace que más manifestaciones no se justificen.
Vučić ha acusado a los organizadores de protestas de incitar a la violencia y los etiquetó como terroristas que intentan derrocar al estado a través de parcelas respaldadas por el extranjero. Rechazó los llamados a las primeras elecciones y prometió más arrestos para restaurar la orden.
Los observadores internacionales, incluido el Consejo de Europa, han expresado su preocupación por informes de fuerza policial desproporcionada y detenciones arbitrarias. Instaron a la reducción y respeto por los derechos de la Asamblea pacífica.
A pesar de estas llamadas, Vučić indicó que pronto se anunciarían fuertes acciones contra los alborotadores.
Las manifestaciones, que alcanzaron su punto máximo con cientos de miles de participantes a principios de este año, han persistido durante más de nueve meses en Belgrado, Novi Sad y otras ciudades.
La violencia reciente incluyó enfrentamientos entre grupos antigubernamentales y partidarios de SNS, con manifestantes dirigidos a símbolos del partido.




