El registro digital de viajeros en Europa entra en vigor el 1 de octubre. Esto ha provocado descontento entre agencias de viajes y empresas hoteleras. Una coalición de asociaciones europeas del sector turístico y de viajes ha expresado su rechazo, afirmando que el Real Decreto 933/2021 es «desproporcionado e innecesario».
En una carta, ETOA, ECTAA, EFCO&HPA, Hotrec y RuralTour argumentan que la implementación del registro digital de viajeros supondrá una carga administrativa significativa e innecesaria y costes adicionales para las empresas. Creen que esto aumentará el precio de las vacaciones en un mercado altamente competitivo. Por ello, proponen derogar el Decreto o implementar una solución alternativa para evitar un impacto negativo en la competitividad del sector.
Existen preocupaciones sobre la importante carga administrativa que esta implementación supone para las empresas turísticas europeas. Se ha señalado que habrá una duplicación innecesaria en la recopilación y el procesamiento de datos y una distorsión de la competencia entre las reservas directas e indirectas. Además, un análisis jurídico detallado en la carta destaca las preocupaciones sobre el Real Decreto, centrándose en la contradicción con las normas de pago.
Las asociaciones de turismo europeas argumentan que los operadores turísticos no suelen recopilar la mayoría de los datos que exige el Decreto en sus sistemas de reservas. Por lo tanto, carecen de los sistemas necesarios para recopilar y transmitir los datos y no podrán desarrollar dichos sistemas antes del 1 de octubre de 2024.
Además, la plataforma de recogida de datos sólo está disponible en español al momento de redactar la carta, aunque el Decreto se aplicará principalmente a usuarios no españoles (empresas de viajes extranjeras). Como resultado, los datos de los viajeros deberán procesarse manualmente. Las asociaciones afirman que las empresas, especialmente las microempresas, tendrán dificultades para cumplir con las obligaciones propuestas.
Explican además que sería complicado para los hoteles procesar la información detallada necesaria para grandes grupos de personas. Los consumidores tampoco están dispuestos a proporcionar datos personales específicos para evitar comunicaciones de marketing posteriores. Además, las frecuentes cancelaciones de reservas harían que las empresas pierdan tiempo recopilando datos innecesarios.




