SAFE tiene como objetivo impulsar un renacimiento de la seguridad europea, brindar independencia de Estados Unidos y brindar al continente las herramientas para defenderse contra la agresión rusa.
La UE quiere que el Reino Unido, con su gran industria de defensa, esté en la tienda. Gran Bretaña también quiere participar, prediciendo beneficios para su industria y su seguridad. Pero hasta ahora no han podido ponerse de acuerdo sobre el efectivo.
Londres se ha opuesto al alto precio que exige Bruselas, que oscila entre 2.000 y 6.500 millones de euros, pero Londres ofrece mucho menos.
Si bien los detalles sobre los modelos alternativos que se están discutiendo todavía son incompletos, una idea es que el Reino Unido podría evitar el «shock» de un alto precio inicial al adoptar un enfoque más de «pago por uso» que depende del nivel final de participación del Reino Unido.
Podría ser justo lo que se necesita para llegar a un acuerdo. Ambas partes quieren un acuerdo antes del domingo para que el Reino Unido esté presente antes de que los países miembros de la UE presenten sus planes de gasto a la Comisión el mismo día.
Según SAFE, los países externos sólo pueden representar un máximo del 35 por ciento del valor de un sistema de armas, pero el Reino Unido está negociando un porcentaje más alto.




