El primer sistema de autopago se instaló en 1986 en una tienda de comestibles Kroger en las afueras de Atlanta. Fueron necesarias varias décadas, pero la tecnología finalmente ha proliferado en todo Estados Unidos. Dada la dirección automatizada que están tomando las tiendas de comestibles, parece que el embolsado robótico no puede quedarse muy atrás.
El departamento CSAIL del MIT está presentando esta semana RoboGroceryCombina la visión artificial con una pinza robótica blanda para empacar una amplia gama de artículos diferentes. Para probar el sistema, los investigadores colocaron 10 objetos desconocidos para el robot en una cinta transportadora de supermercado.
Los productos iban desde artículos delicados como uvas, pan, col rizada, magdalenas y galletas hasta otros mucho más sólidos como latas de sopa, cajas de comida y envases de helado. El sistema de visión se activa primero, detectando los objetos antes de determinar su tamaño y orientación en la cinta.
Cuando la pinza toca las uvas, los sensores de presión de los dedos determinan que, de hecho, son delicadas y, por lo tanto, no deben caer en el fondo de la bolsa, algo que muchos de nosotros sin duda aprendimos a las malas. A continuación, detecta que la lata de sopa tiene una estructura más rígida y la coloca en el fondo de la bolsa.
“Este es un primer paso importante para que los robots empaqueten alimentos y otros artículos en entornos del mundo real”, afirmó Annan Zhang, uno de los autores principales del estudio. “Aunque todavía no estamos listos para su implementación comercial, nuestra investigación demuestra el poder de integrar múltiples modalidades de detección en sistemas robóticos blandos”.
El equipo señala que todavía hay mucho margen de mejora, incluidas actualizaciones de la pinza y del sistema de imágenes para determinar mejor cómo y en qué orden empacar las cosas. A medida que el sistema se vuelva más sólido, también se podrá ampliar fuera del supermercado a espacios más industriales, como plantas de reciclaje.
