
Entonces Musk canalizó su Trump interior y gritó «Sean Dummy». Es un lenguaje grosero, pero ¿será efectivo?
Realmente no sabemos hasta qué punto Musk y Trump se hablan en este momento, pero ciertamente Musk es un gran donante republicano, y habrá mucha gente en el Congreso que no quiere ver otra pelea por comida entre la persona más poderosa del mundo y su persona más rica.
La suposición generalizada es que Musk está abogando por que Isaacman se convierta en su administrador, ya que originalmente propuso al astronauta para el puesto. Sin embargo, la realidad es que no hablan con regularidad, y aunque Isaacman está profundamente agradecido por lo que SpaceX ha logrado, parece querer genuinamente que Blue Origin y otras compañías espaciales privadas también tengan éxito. Entonces, lo más probable es que Musk arremetiera frustrado el martes por la mañana, sintiéndose despreciado por una agencia espacial por la que ha hecho mucho.
Isaacman, por su parte, ha mantenido un perfil relativamente bajo. Trump, quien en última instancia tomará una decisión sobre el liderazgo de la NASA, también ha guardado silencio sobre todo esto.
No es un súper augurio
La guerra de palabras puede ser entretenida y un espectáculo, pero esto es bastante terrible para la NASA. La agencia espacial ya ha perdido un 20 por ciento de su plantilla debido a recortes y jubilaciones voluntarias. La moral sigue baja y la incertidumbre sobre el liderazgo a largo plazo no ayuda. El primer año de la presidencia de Trump, para muchos en el espacio, parece un año perdido.
También existe la posibilidad de una reestructuración importante. La NASA es una agencia federal independiente, pero mis fuentes (The Wall Street Journal También informé esto anoche) han indicado que Duffy ha buscado trasladar a la NASA dentro del Departamento de Transporte. En su nueva declaración de hoy, Duffy lo confirmó. Incorporar a la NASA al Departamento de Transporte le permitiría mantener la supervisión de la agencia, y Duffy podría recomendar un líder que le sea leal.
Entonces aquí es donde estamos. Una feroz batalla detrás de escena se libra entre los bandos que apoyan a Duffy e Isaacman para decidir el liderazgo de la NASA. Cuanto más se prolonga este proceso, más complicado parece volverse. Mientras tanto, la NASA se mueve con el viento, tratando de correr en melaza mientras usa zapatos de plomo mientras China avanza y asciende.




