Georgia es una zona sensible en la política internacional. Es un país clave para la estabilidad del Cáucaso, que el 3 de marzo de 2022 presentó la solicitud de adhesión a la Unión Europea. Además, es fronterizo con rusia, cuenta con una población rusa menguante (1,5 %) y representa un interés prioritario para Moscú.
El pasado mes de diciembre hubo un cambio en la presidencia. Por primera vez, se realizó a través de una elección indirecta, la de la Asamblea Electoral de Georgia (300 miembros). El elegido fue el líder de Sueño Georgiano, Mijaíl Kavelashvili, de posiciones prorrusas, acusado por agencias de inteligencia de países occidentales de ser un agente del Kremlin. Una de las primeras decisiones que tomó fue desactivar el proceso de adhesión a la Unión Europea.
En días de mucha tensión y con manifestaciones en las calles, la presidenta saliente, Salomé Zurabishvili, d.e orientación proeuropeísta, amenazó con no abandonar el palacio presidencial. El primer ministro, Irakli Kobajidze, Advirtió a Zurabishvili que tendría que abandonar la residencia si no quería ser sacada de allí por la fuerza, detenida y luego afrontar acusaciones penales. Finalmente lo hizo, lo que ha contribuido a reducir la incertidumbre que rodea a Georgia.
Quien ocupa ahora el palacio presidencial de Tiflis fue un futbolista de primer nivel en su país y con trayectoria fuera de Georgia. Mijaíl Kavelashvili (22 de julio de 1971) conoce bien el estadio en el que este sábado juega España, el Boris Paichadze. Fue delantero y goleador del Dinamo Tiflis, que pasó de ser un equipo soviético de nivel medio-alto a convertirse en una gran potencia del fútbol georgiano.
Georgiou Kinkladze y MiJAÍL Kavelashvili, con el Manchester City.
Por eso estuvo en los planos de la selección georgiana, nacida tras la proclamación de la independencia del país el 31 de marzo de 1991. El 2 de julio de ese mismo año, ante otra exrepública soviética, Moldavia, Georgia disputó su primer partido como nación independiente. Gano 2-0 y Kavelashvili Jugó el primero de sus 46 encuentros con la selección. El fue último en la fase de clasificación para la Eurocopa de 2004: una derrota ante Suiza (4-1) el 8 de septiembre de 2002. Dejó nueve goles en su cuenta como internacional.
Con las fronteras ya abiertas, el actual presidente de los georgianos llevó sus goles más allá de su país. Su primer destino fue Rusia, cedido al Alanya Vladikavkaz, en una ciudad fronteriza con Georgia. Después, su carrera continuó en el Manchester City.
Derbi de Manchester y gol
Mijaíl Kavelashvili Llegó en la primavera de 1996. Debutó el 6 de abril, contra el Manchester United. La victoria por 3-2 fue al lado rojo de Manchester, pero el delantero georgiano se estrenó con gol. La temporada acabó con el City bajando. En la siguiente, con cinco entrenadores pasando por el equipo, marcaron dos goles en 25 partidos. No volvió a una ciudad que seguía apostando por el mercado georgiano. (Georgi Kinkladze, Murtaz Shelia, Kakhaber Tskhadadze…) y al que aún le quedaba tiempo para asentarse en la Premier. El año que se marchó Kavelashvili, el equipo dio con sus huesos en la Segunda División.
Su salida de Inglaterra tuvo como destino Suiza, donde jugó entre 1997 y 2006, con una cesión de unos meses, de nuevo, en Vladicáucaso. Su aventura helvética lo llevó a vestir las camisetas del Saltamontes, Zúrich —donde más jugó y marcó, con 81 partidos y 28 goles—, Lucerna, Aarau y Basilea. El último rastro que se encuentra de Kavelashvili data de agosto de 2008: con 37 años reforzó al equipo sub-21 del Zúrich en un partido de liga contra el FC Baden 1897.
colgadas las botascomenzó una carrera política que lo ha llevado a la presidencia del país. Su ascenso hizo que los servicios de inteligencia occidentales alertaran sobre sus posiciones cercanas a Moscú y rastrearan todo su pasado. Desde su llegada al palacio presidencial de Tiflis, ha mantenido una postura de distanciamiento con Europa y de frialdad con Estados Unidos. Afirma que la oposición está controlada por Washington y busca una “ucranización” de Georgia. El nombramiento de Luka Ekhvaia como asesor de política exterior, defensor de alianzas georgianas con Rusia y Chinadisparó aún más las alarmas occidentales.
