Casa de la lluvia: un edificio moldeado por el clima
La Rain House de SynchroniCity Architects se encuentra en una colina elevada en Hainandonde el ritmo de la lluvia define tanto el paisaje como la vida. Concebido durante un aguacero repentino, su diseño comenzó con una observación del comportamiento del sitio bajo un clima cambiante. La lluvia revela los contornos del terreno, tallando caminos de escorrentía y delineando límites sutiles entre el agua y la tierra.
A partir de estas líneas fugaces, los arquitectos establecieron el punto de referencia del proyecto: una elevación de cinco metros que eleva el edificio por encima de la llanura aluvial y al mismo tiempo lo alinea con el orden natural revelado por la tormenta.
El clima monzónico de Hainan exige un edificio que sea resiliente. El aire húmedo de la isla y los violentos tifones dejan pocas opciones en materia de material. Concreto se convirtió a la vez en estructura y defensa: lo suficientemente denso como para resistir el viento y la erosión, lo suficientemente estable como para sustentar la vida en los extremos. Los amplios aleros, alejados de las paredes, siguen la misma lógica pragmática. Templan la luz del sol y redirigen la lluvia inclinada para crear pasajes protegidos que permanecen respirables y abiertos al aire.

imágenes © Wang Ning, An Li, Guo Xi, Han Tao
Patio como espacio de reunión
Desde su base elevada, Rain House de SynchroniCity se desarrolla hacia un patio cuadrado. La forma recuerda tradiciones espaciales familiares, pero los arquitectos buscaron apertura en lugar de cierre. Suspendido sobre el paisaje, el patio funciona como el corazón del proyecto. Es tranquilo durante el día cuando la luz filtrada y el canto de los pájaros entran a través del vacío, y animado por la noche cuando alberga actuaciones y reuniones informales. Su geometría da una sensación de permanencia, mientras que su elevación introduce aire, luz y una sensación de suspensión.
Abajo, la planta baja sigue un ritmo más orgánico. Los senderos se curvan con los contornos de la colina y el patrón del bosque, formando corredores naturales que permiten la circulación del viento y el agua. Una columnata, situada con los árboles y la pendiente, define este nivel inferior. Las columnas forman un límite poroso a través del cual el sonido, el aire y la luz pasan libremente.

La Casa de la Lluvia en Hainan se eleva sobre una colina moldeada por la lluvia y el viento.
La arquitectura de la sincronicidad en diálogo con el agua.
En el centro de Rain House, SynchroniCity organiza un patio de agua, donde el agua de manantial de montaña es conducida debajo de los aleros y a lo largo de la línea de columnas. El movimiento del aire sobre la superficie enfría los pasillos sombreados, creando un microclima que se adapta al calor de la isla. El espacio se siente a la vez protegido y expuesto, y su temperatura cambia sutilmente con la dirección de la brisa. Con el tiempo, el patio de aguas se ha convertido en un lugar de encuentro privilegiado, donde la lógica ambiental de la arquitectura se convierte en comodidad cotidiana.
El techo continúa este diálogo. El agua de lluvia recogida por sus superficies inclinadas fluye a través de canales estrechos, cayendo en cascada en finas cortinas antes de descender al patio y al estanque de abajo. Cada lluvia reactiva el edificio, transformando el clima en una presencia visible y acústica. La casa se convierte en un recipiente para los ciclos del agua, donde el recorrido de cada gota traza la lógica de la estructura.

SynchroniCity Architects diseñó el edificio siguiendo el ritmo del clima de Hainan
Debajo del patio se encuentra el «granero», un espacio de arte subterráneo iluminado por una única claraboya en forma de cúpula. La habitación conserva el frescor de la piedra y el eco del agua, permitiendo que la luz y el sonido se muevan en lentos gradientes. El diseño recuerda la memoria agrícola del sitio al mismo tiempo que lo gira hacia adentro: un lugar para encontrar el cielo a través de luz filtrada en lugar de aire libre.
SynchroniCity Architects conservaron fragmentos de la vida anterior del sitio: una torre de agua, ladrillos reutilizados como agregado, un pozo restaurado reconectado al nuevo sistema. Estos gestos continúan los ciclos de vida materiales en lugar de conmemorarlos. Las superficies conservan rastros de encofrado y mano de obra local. Los aldeanos participaron en la construcción y sus métodos imprimieron al edificio imperfecciones táctiles. Este trabajo colectivo le da a la estructura una sensación de continuidad: está construida para evolucionar en lugar de concluir.

El agua de lluvia cae en cascada desde el techo hasta el estanque, convirtiendo cada tormenta en un evento.
The Rain House funciona como un disco en movimiento. El clima, la vegetación y la ocupación alteran continuamente sus superficies. Las algas se arrastran por los rincones húmedos, los árboles frutales crecen cerca del estanque y en el granero tienen lugar nuevas exposiciones. En este entorno, la arquitectura es tratada como un instrumento de adaptación. Su resistencia depende del mantenimiento y renovación.
La importancia más amplia del proyecto reside en su método. Posiciona el clima como un generador activo de forma, colocando los procesos temporales y ambientales en el centro del pensamiento arquitectónico. En lugar de simbolizar la identidad regional, Rain House permite que las condiciones regionales (viento, lluvia, trabajo) definan su estructura y organización.

Masa de hormigón y aleros profundos forman una defensa contra los tifones de la isla.




