En los abarrotados hospitales de China, encontró una nueva carrera

Este es un mega hospital en Beijing. Un laberinto médico donde un giro equivocado podría costarle horas. Esta es Jessica Wang. Tiene 49 años y es en parte defensora de los pacientes y en parte trabajadora independiente que busca nuevas formas de ganarse la vida en la desaceleración de la economía de China. Por unos 50 dólares, puede ir al hospital con usted o consultar a un médico en su nombre. Ella es parte de una nueva industria que ayuda a la población que envejece de China a lidiar con el sistema médico burocrático. Para echar un vistazo al interior de ese sistema, seguimos a Jessica durante un día, comenzando con su viaje temprano en la mañana. En China, la gente no suele acudir a los médicos de atención primaria. Ya sea que necesite un análisis de sangre o un tratamiento contra el cáncer, acude directamente a un hospital. China tiene un sistema hospitalario de tres niveles. Los mejores, o el 10 por ciento superior, se concentran en las principales ciudades y pueden estar muy concurridos. Más del 60 por ciento de todas las visitas de pacientes ocurren en estos hospitales de élite. La demanda también ha aumentado a medida que la población de China envejece. Para los pacientes que viven fuera de la ciudad, Jessica interviene como sustituta y se encarga de tareas que no requieren un examen en persona. Dado que el desempleo en China es persistentemente alto, muchos se están uniendo a la profesión y comercializando su servicio en las redes sociales. Jessica ha logrado ganarse la vida dignamente en esta industria en crecimiento.