tan viejo es el arte de la adivinación como el viento, los árboles y el mar. Se puede entender dicha magia como la acción de predecir el futuro —o descubrir lo oculto, que dirían los antiguos— utilizando supuestos poderes sobrenaturales o prácticas fantásticas. Son muchos los presuntos métodos que conducen a la iluminación, y, por fortuna, fabiola conoce más de uno.
Un equipo de Madrid Directo ha acudido a Morata de Tajuña para hablar con Fabiola, vidente con más de dos décadas de experiencia. donde fue miguel rabanedareportero. Podía haber preguntado cualquier cosa, pero el comunicador optó por atar en corto su futurible fortuna y pidió a la pitonisa alguna pista numérica que le acercase al ansiado Gordo de Navidad. No se fue con las manos vacías.
Números premiados
«Veinte años de experiencia, le viene de su abuela. Es médium, astróloga y nos va a acertar el número de la lotería», dijo, a lo que la tal Fabiola precisó: “Bueno, si tuviera el número de la lotería no estaría aquí sentado”. ”Ya empezamos a poner pegas…”, cuestionó el periodista, que quizás veía peligrar sus posibilidades; ella le tranquilizó: ”Los clientes lo saben… Pero sí que veo números aproximados en la bola, que la vamos a empezar a mover. Ya le he dado un poco con el péndulo. Hay números muy importantes que van a hacer muy felices a muchas personas que además están necesitadas».
Según la quiromántica, la esfera de cristal le revela cifras y colores, pero no la posición de ningún dígito. “Yo soy daltónico, no podría ser vidente”, agrega el reportero. Ella, serena, se dispone a hablar: «Veo el 5 rodeado de rosa, algo para mí energéticamente muy suave y muy dulce. Es alegría. Ojo al 5». Tras este, da otro número “que va a hacer feliz a la gente”: “El rojo, donde mucha gente que tenía guerra en sus casas por la economía… veo el 3 ahí”.
Lugar donde caerá y ritual para atraer la fortuna
Para enfrentar la pregunta de dónde puede caer precisa de mayor poder mágico, de manera que deja la bola y saca un espejo. “Aquí se pueden ver cantidad de historias, pero no tenemos tiempo”cuenta, bañando el cristal de “agua bendita con agua de Florida y otras cosas que no decimos los brujos porque son secreto”. No extraña su diagnóstico: «En este espejo lo que veo es mucha agua. Puede ser mar, puede ser río. Puede tocar en dos sitios: Madrid, y en algún sitio como Valencia o Barcelona».
Puede suceder que el lector ya haya comprado su boleto. No debe preocuparse. Fabiola deslizó un ritual que puede realizar para atraer la suerte a dicha combinación. “Lo podéis hacer de noche, porque tanto la noche como la luna son muy importantes”inicia. Luego introduzca en un recipiente de cristal “arrozporque nos va a dar comida y bienestar; lentejasporque en otra época era como la sal; Naciones Unidas corazón hecho o dibujado; romeromuchísimo; y monedasque ayudará a que venga el dinero, aunque si podéis meter billetes de cincuenta, mejor». Y encima de todo, el décimo. “Esto se pone en una ventanita para que le dé la luna”finaliza.
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Por último predice que será un varón quien cante el Gordo y no una chica. «Veo al niño muy sofocado. Las niñas pueden dar algún otro premio, pero veo al niño…»dice, sin emplear ningún instrumento. Quizás no era necesario. Así es el arte de la adivinación, tan viejo como el universo.
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