Francia, célebre por el bullicio de París, la Riviera bañada por el sol y los tranquilos pueblos provenzales, sorprendentemente acoge a Rennes, el nuevo campeón del sueño de Bretaña. Sí, Rennes, conocida por su animado ambiente universitario, sus bulliciosas noches de sábado y sus crepes nocturnos, en realidad encabezó una clasificación nacional como la mejor ciudad de Francia para dormir. Este título, procedente de un estudio británico de MattressNextDay, ha despertado ciertamente algunas dudas en los medios franceses.
Pero, ¿cómo exactamente un centro regional con 60.000 estudiantes logró superar a todos los balnearios y tranquilos pueblos de montaña de Francia en lo que respecta a la calidad del sueño?
Turismo del sueño al estilo bretón: la receta secreta
El estudio evaluó las ciudades francesas basándose en factores científicamente validados que influyen en el sueño: el ruido, la calidad del aire, los espacios verdes, la contaminación lumínica y el estrés general. Y Rennes no sólo tuvo un buen desempeño; realmente sobresalió.
Ruido: Rennes contaba con un índice de ruido notablemente bajo de 55/100 (cuanto más bajo, mejor), en marcado contraste con el 91 de París. Incluso Lyon y Marsella obtienen puntuaciones superiores a 80.
Espacios Verdes: Aproximadamente el 32% de la ciudad comprende parques y jardines, ubicándose entre los más altos de las ciudades francesas de su tamaño.
Calidad del aire: Debido a los vientos predominantes del oeste y a las diligentes políticas locales, Rennes generalmente mantiene una de las mejores calidades de aire de Francia.
Contaminación lumínica: La contaminación lumínica es suficientemente mínima, lo que permite la visibilidad de la Vía Láctea en noches despejadas desde vecindarios seleccionados, algo bastante raro en una ciudad de 230.000 habitantes.
A esta mezcla se suma el ritmo tranquilo de la ciudad, que cierra sus puertas relativamente temprano en comparación con el sur de Francia, creando lo que los científicos podrían describir como un «entorno óptimo que promueve el sueño».
Parc du Thabor: la joya de la corona de Rennes
En el corazón del carácter tranquilizador de Rennes se encuentra el Parc du Thabor, una maravilla de 10 hectáreas. Esta obra maestra presenta jardines formales franceses, césped inglés, árboles exóticos y un exquisito jardín de rosas. Conocido localmente como «le Thabor», es común encontrar jubilados leyendo, grupos de tai-chi practicando y oficinistas disfrutando de una siesta al mediodía.
Ver gente tumbada en la hierba, con los ojos cerrados, al mediodía, no es algo raro. Si bien ese comportamiento puede parecer excéntrico en otras ciudades francesas, en Rennes es perfectamente normal.
Los jubilados se enamoran de Rennes
Esta sorprendente clasificación del sueño ha creado un efecto secundario interesante: los jubilados se están mudando.
Los agentes inmobiliarios informan de un aumento en las consultas de parisinos, lioneses e incluso belgas mayores de 60 años que buscan «una ciudad vibrante, pero que aún te permita dormir tranquilo». Quieren conciertos y arte, pero también el sonido de los pájaros, no de los camiones de reparto. Rennes ofrece precisamente ese equilibrio.
Puedes caminar fácilmente hasta la ópera o un museo de arte contemporáneo y regresar rápidamente a casa en una calle tranquila donde el sonido más fuerte es el viento entre los árboles. Además, la atención sanitaria es excelente, la vida cultural es rica y la hermosa costa de Bretaña está convenientemente cerca para escapadas de fin de semana.
Turismo del sueño: la nueva frontera del bienestar
El “turismo del sueño” puede parecer inicialmente un mero marketing, pero se está convirtiendo en una auténtica tendencia. Los hoteles de Rennes ofrecen ahora «paquetes de sueño»: habitaciones equipadas con cortinas opacas, máquinas de ruido blanco, tés de hierbas calmantes e incluso cuentos antes de dormir. Los centros de spa también promueven fines de semana de «descanso profundo», que incluyen tranquilos paseos por el Thabor y cenas relajantes temprano.
Y la ciudad misma abraza su nueva reputación. La oficina de turismo ahora anuncia de manera destacada «Rennes, où le sommeil est roi» (Rennes, donde el sueño es el rey), y los estudios de yoga locales informan de un aumento en la popularidad de las clases «reparadoras» a las 7 pm.
¿Un modelo para las ciudades del mañana?
La historia de Rennes deja entrever una verdad más amplia sobre la trayectoria de Francia. Con una población que envejece (los pronósticos sugieren que para 2030, más de un tercio de los ciudadanos franceses tendrán más de sesenta años) las ciudades que combinen exitosamente una atmósfera vibrante con tranquilidad probablemente tendrán una clara ventaja.
En efecto, Rennes demuestra que la energía juvenil, el dinamismo y un ambiente extraordinariamente tranquilo después de las 23.00 horas pueden coexistir de forma muy armoniosa.
Por lo tanto, si alguien sugiere que el lugar ideal para dormir en Francia es inevitablemente un aislado pueblo alpino o un pintoresco pueblo pesquero del Atlántico, simplemente ofrezca una sonrisa educada.
La verdadera capital de las noches de descanso cuenta con una arquitectura con entramado de madera, un edificio del parlamento anterior a Versalles y estudiantes que bailan hasta altas horas de la madrugada; sin embargo, de alguna manera, la ciudad aún se las arregla para garantizar que todos estén acostados antes de la medianoche.




