A medida que el verano se desvanece en los climas del norte, Grecia todavía arde, consolidando su estatus como rey del turismo del Mediterráneo. Las nuevas cifras del INSETE destacan la notable cifra de 23,8 millones de llegadas de turistas internacionales entre enero y septiembre, lo que supone un aumento del 5,5%, o alrededor de 1,2 millones de personas más, en comparación con el año pasado.
El crecimiento no sólo es fuerte: está superando a países como España e Italia. También muestra cuán bien se está recuperando Grecia, atrayendo multitudes a sus soleadas playas y lugares históricos.
Cifras récord de llegadas de turistas a Atenas y Creta
Las cifras muestran un gran entusiasmo por las escapadas a Grecia. Los aeropuertos estuvieron ocupados durante todo el año, con un aumento del 4,8% al principio y del 5,9% más tarde. Pero el mayor salto se produjo entre julio y septiembre, con 13,5 millones de llegadas que demuestran el atractivo de Grecia en verano.
En agosto se produjo un aumento del 6,2%, con el aeropuerto de Atenas a la cabeza con 7 millones, un aumento del 9,6%. A Salónica también le fue bien, con un aumento del 10%, y el Peloponeso creció un 11%. Creta fue el principal destino insular con 5 millones de visitantes, un aumento del 4,6%, gracias a sus playas e historia. Al Dodecaneso y las Islas Jónicas también les fue bien, aunque no todo fueron buenas noticias: las Cícladas cayeron un 6,4%, principalmente debido a que Santorini limitó los turistas.
Este aumento muestra que Grecia está tratando de difundir el turismo. «Es un mercado estable, capaz de sobrevivir a los problemas económicos y atraer inversores», dijo INSETE, mencionando las nuevas rutas de Aegean Airlines y los vuelos de larga distancia restablecidos a Atenas y Heraklion. Gracias a la demanda de América del Norte, algunos piensan que Grecia podría convertirse en el principal centro aeroportuario del Mediterráneo a finales de año, superando incluso a Turquía.
Problemas debajo de la superficie
A pesar del éxito de las llegadas de turistas, un informe del Banco Nacional de Grecia (NBG) sugiere posibles problemas. El actual modelo turístico insular, que atrae a casi la mitad de los visitantes extranjeros, podría estar en problemas. Con el aumento de las llegadas de turistas, la infraestructura de la isla está pasando apuros y necesita alrededor de 35.000 millones de euros durante la próxima década para seguir siendo competitiva.
La situación es difícil: en temporada alta, hay 33 turistas por kilómetro cuadrado en las islas, en comparación con sólo 2 o 3 en el continente. Sorprendentemente, el gasto en infraestructura por persona ha sido el mismo que en el continente durante veinte años, lo que afecta a los sistemas de transporte, energía, agua y residuos. El gasto debe aumentar de 2.000 millones de euros a 3.500 millones de euros al año para que la infraestructura sea «sostenible y resiliente».
El fondo griego TAIPED está vendiendo activos turísticos como complejos turísticos y puertos deportivos para financiar mejoras. Pero el informe del NBG dice que el dinero no es suficiente. El problema principal es la lentitud de la gobernanza, con responsabilidades divididas y equipos locales con escasez de personal que retrasan los proyectos.
De las tasas a la reforma nacional
Hay esperanza en soluciones prácticas. El NBG sugiere utilizar impuestos hoteleros y tarifas de cruceros para reinvertir, junto con asociaciones y financiación de la UE. Pero la clave es reestructurar la infraestructura nacional. La historia del turismo de Grecia en 2025 es compleja, una mezcla de celebración y serias preguntas sobre el futuro. Las cifras iniciales sugieren que la industria genera más de 20 mil millones de euros cada año, alimentando alrededor del 20% de la economía del país y proporcionando empleo a uno de cada cinco griegos. Sin embargo, este rápido crecimiento también presenta un riesgo. El mismo encanto que atrae a alrededor de 40 millones de turistas al año (el azul claro del mar Egeo, los pueblos auténticos y la cultura de la *filoxenia* (es decir, la hospitalidad, por cierto)) podría verse dañado por un desarrollo descontrolado.
Entonces, a medida que cambia la temporada, Grecia enfrenta una decisión crucial. ¿Puede aprovechar este éxito sin precedentes para crear un modelo de turismo más sostenible y justo? Los informes optimistas del INSETE apuntan a tendencias positivas en materia de diversificación e inversión. Sin embargo, el llamamiento del Banco Nacional de Grecia a una inversión de 35.000 millones de euros, junto con una gobernanza sólida, es un recordatorio: el progreso real no consiste sólo en aumentar el número de vuelos que aterrizan; se trata de garantizar el bienestar a largo plazo de los destinos a los que llegan esos vuelos. Una organización global con control regulatorio, que se encargue tanto del diseño del proyecto como de la implementación práctica, realmente podría acelerar las cosas.




