En pleno crecimiento electoral de la extrema derecha y con el populismo envenenando el debate migratorio, el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, ha hecho este viernes un llamamiento a defensor “el modelo de vida, de convivencia democrática y de prosperidad compartida”, que está “en juego” en Europa y que, como en España y en Cataluña, “empieza en cada barrio, en cada pueblo”.

El presidente Illa, junto a la senyera y el árbol de Navidad de la galería gótica, en su discurso institucional del día de Sant Esteve desde el Palau de la Generalitat
En su segundo discurso navideño, Illa ha defendido los “valores humanos” como la guía que nunca se puede perder para construir un país y una sociedad. Y ha subrayado, en su habitual tono crítico hacia quienes hacen demagogia con la inmigración, y con el trasfondo del reciente desalojo de 400 migrantes en Badalona, que la respuesta a las necesidades y retos de Catalunya “no es hacer culpables a las personas que menos tienen oa los que son diferentes”.
“¿Qué nos queda si no actuamos con la humanidad?”, se ha preguntado, para pasar a detallar actitudes y políticas en las que traducir esa actitud humanista. “Humanidad significa acoger e integrar a las personas que lo necesitan”, ha dicho, y también defender el Estado del bienestar para garantizar una educación y sanidad públicas para todos, garantizar la vivienda como un derecho y ofrecer ayudas sociales “a quien más lo necesita”. Y garantizar “la dignidad, la seguridad y la convivencia” en todos los barrios. Sin esta humanidad, ha insistido, “no es posible construir ningún país ni ninguna sociedad”.
“¿Qué nos queda si no actuamos con la humanidad?”, plantea el presidente de la Generalitat
Junto a los valores humanos, Illa ha apelado a una política útil desde las instituciones “y políticas públicas responsables con soluciones al servicio de todas las personas”, ha incidido. También ha destacado “la necesidad de invertir los recursos públicos en lo importante, en el interés general y el bien común”, a la vez que resaltó el necesario “empuje empresarial, el talento creativo y científico, el espíritu emprendedor y la capacidad de trabajo que nos caracteriza”. “Tenemos que reforzar la ambición moral del país”, ha remarcado.
En su intervención, de unos cuatro minutos, desde la galería gótica del Palau de la Generalitat, el presidente ha hecho una primera referencia al “momento crucial” que atraviesa Europa, “nuestro espacio de pertenencias”, donde lo que está en juego, ha advertido, va más allá de una cuestión meramente política. «Está en juego nuestro modelo de vida, de convivencia democrática y de prosperidad compartida. Están en juego valores que conforman nuestros cimientos», ha apuntado, para recalcar que hay margen de maniobra: «Europa, también España y Catalunya, será lo que nosotros queramos que sea. Porque Europa, como España y Catalunya, empieza en cada barrio, en cada pueblo».
Ha avisado de que “nada es inevitable” y ha planteado que “Europa necesita la mejor versión de Catalunya” y que los retos se enfrentan con acción colectiva y confianza como elementos imprescindibles.
En un rápido balance de las emergencias que ha tenido que afrontar Catalunya este 2025, ha destacado tres valores “definitorios” de la manera de ser y de hacer de los catalanes: empatía, solidaridad y responsabilidad. “Lo hemos demostrado en Catalunya todo el año”, ha asegurado, y ha puesto como ejemplos la capacidad para afrontar crisis climáticas como los incendios en las comarcas de la Noguera, la Segarra y el Urgell, o las inundaciones de las Terres de l'Ebre y, en el ámbito biosanitario, los recientes brotes de dermatosis nodular y de peste porcina. “Me llena de orgullo como todos se han puesto en el lugar del otro para ayudar”, ha constatado Illa, que ha tenido un recuerdo para los bomberos que perdieron la vida en acto de servicio en Santa Susanna y Paüls y los vecinos de Agramunt fallecidos en los incendios del verano.
En el cierre, Illa ha hecho suyo el final del Poema de Nadal de Josep María de Sagarra: “¡Fem el posible per ser casas de buena voluntad! ” y ha apelado a ser “un país y una sociedad de buena voluntad”. “Situarnos al lado de la verdad”, ha dicho, del humanismo, de la fraternidad y del espíritu de cooperación, y de la esperanza, “la fuerza que empujar a mejorar las cosas”, ha asegurado.




