El enfoque de la primera ministra Giorgia Meloni en recortar el déficit de Italia para escapar de un régimen especial de supervisión de la UE ha dejado al gobierno con una presupuesto reducido con escaso margen para políticas llamativas, lo que provocó continuos llamados del flanco de extrema derecha de su coalición gobernante para «contribuciones» de las instituciones financieras.
Mientras esté en curso discusiones Aunque entre el gobierno y los bancos aún no han llegado a un acuerdo sobre la forma que adoptaría el impuesto, la Liga de extrema derecha, de la que Giorgetti es miembro, está solicitando entre 4.000 y 4.500 millones de euros de una serie de medidas, según dos personas familiarizadas con el asunto. Las medidas también se aplicarían a las aseguradoras, afirmó una de las personas.
A principios de esta semana, el gobierno propuso reactivar un fallido Impuesto del 40 por ciento sobre las ganancias «inesperadas» a partir de 2023 a un tipo reducido, según POLITICO reportado. Los bancos ya han acordado la suspensión temporal de los incentivos fiscales, ampliando una medida implementada el año pasado.
Las principales políticas del proyecto de presupuesto, que los legisladores italianos estudiarán en los próximos meses, incluyen un recorte de 9 mil millones de euros en los impuestos sobre la renta para la clase media italiana del 35 por ciento al 33 por ciento y 2 mil millones de euros para alinear los salarios con el costo de vida después de años de estancamiento.
El borrador, que se enviará a la Comisión Europea el miércoles, también asigna 3.500 millones de euros para “medidas contra la pobreza” y 2.400 millones de euros para atención sanitaria en 2026.




