Jim Jarmusch, uno de los grandes maestros del nuevo cine norteamericano de los años 80 del siglo pasado; músico, intérprete, guionista, productor, y ganador del León de Oro en la última Mostra de Veneciaha decidido pedir el pasaporte y la nacionalidad francesa para … romper con los Estados Unidos de Donald Trump.
«Será para mí un gran honor contar con el pasaporte francés», declaró Jarmusch a primera hora de la tarde de este viernes, añadiendo: «Francia y su cultura han influido profundamente en mi vida. Me parece la encarnación de un modelo de resistencia contra el modelo autoritario y policiaco de Trump, una catástrofe para los Estados Unidos donde nací y donde se ha producido toda mi obra…»
Jim Jarmusch destaca en Estados Unidos y la escena internacional por su amor profundo hacia la cultura francesa, comenzando por su respeto y reconocimiento hacia el cine de la Nueva Vague.
Intentando razonar la demanda de la nacionalidad y un pasaporte francés, Jarmusch explica de este modo la influencia recibida del cine francés: «El François Truffaut de 'Les Quatre Cents Coups' y 'La Nuit américaine', el Jean-Luc Godard de 'À bout de souffle', el Jacques Rivette de 'Paris nous appartient' y 'L'Amour fou' son creadores universales. Sería para mí un gran honor compartir con ellos la nacionalidad y el pasaporte, por razones culturales profundas». Jarmusch continúa: «Desde la adolescencia, estuve obsesionado por la Nouvelle Vague. Nada de solitario. La novela y la poesía francesa, el surrealismo, me sirvieron de modelos envidiables. Mi conocimiento del cine norteamericano se enriqueció a través de las lecturas y la herencia del cine de creadores como Godard y Truffaut».
Se trata de homenajes muy fuera de lo común. Quizás un poco interesado, en este caso: tratándose de un rechazo frontal de los Estados Unidos de Trump, presentados como una «amenaza universal», Jarmusch hace suyo el último pasquín panfletario de robert de niropresentándose al presidente norteamericano como un delincuente detenido y esposado por la policía, que debe conducirlo a prisión.
silencio prudente
En términos puramente diplomáticos y administrativos, el Gobierno francés guarda, de entrada, un prudente silencio. ¿Es posible conceder la nacionalidad y el pasaporte nacional a un hombre o mujer de otra nacionalidad? Algunas personalidades francesas, como Gerard Depardieuhan podido compartir el pasaporte ruso, gracias a la interesada generosidad de Vladímir Putin. El caso de Jarmusch es muy distinto, quizás. Pero ilustra de manera elocuente un distanciamiento -¿creciente?- con respecto a Trump de artistas, creadores e intelectuales norteamericanos.
La crisis política francesa quizás pueda complicar la petición puramente cultural de Jarmusch. El gobierno de Sébastien Lecornuprimer ministro, y Emanuel Macronpresidente de la República, lleva seis meses intentando negociar los presupuestos del Estado del año que viene. Sin éxito. Los ministerios del Interior, Asuntos Exteriores y Cultura, están prácticamente 'empantados'.
Jarmusch, por su parte, dice «no tener prisa». El suyo es, antes que nada, un rechazo frontal de Donald Trump, calificado de «paranoico autoritario». Días pasados, Macron desenterró personalmente la hacha de guerra diplomática contra el presidente norteamericano, por retirar el visado para entrar en Estados Unidos a Thierry Bretónex ministro y ex comisario europeo. Se trata de un antecedente que pudiera facilitar la concesión de la nacionalidad y un pasaporte francés al director norteamericano.




